CUMBRES DE CARTAGENA: SENDERISMO
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Cabeza del Asno - Chatres


Esta ruta surge de YouTube, no sé cómo me llega el video que dejo más abajo y me gusta lo que veo y decido hacer esta ruta. Pero como veo que “aparentemente” es corta para pasar un día entero en el monte, la uno con otra ruta próxima y de este modo unimos la Sierra de la Cabeza del Asno con la Sierra del Puerto haciendo sus dos principales cumbres.  Pasados los track al base camp me arroja unos 14 km. y menos de 1.000 de desnivel por lo que incluso llego a pensar que sería buena opción poder visitar la Cueva del Puerto a la finalización de la ruta.  Todo esto claro está sobre el papel.

Ahora toca llevarlo a la práctica hacienda una previa,  como no dejan hacer fotos en el interior de la cueva, paso de la visita y prefiero no madrugar, total son apenas 14 km. por lo que incluso pienso en comer en algún lugar al finalizar la ruta, no obstante con el ánimo previsor por lo que pudiera pasar me llevo un bocadillo.  Nuestro ritmo juguetón y lo difícil del camino hizo que se nos hiciera demasiado tarde para poder terminarla por lo que abortamos antes de comenzar la ascensión a la sierra del Puerto. Para esto sirven las previas, madrugamos y con más horas de luz se pudo conseguir.

Comenzamos la ruta en la casa del Charco Lentisco sita en la carretera RM-714, lugar donde aparcamos los coches y nos dirigimos por camino hacia una balsa de regadío que rodeamos y comenzamos un monte a través para superar la caída de agua del barranco por el que realizamos la ascensión, debe dar gusto ver la cascada que se forme en días de lluvia.

Entretenida subida que, como dije al grupo, te convalida el grado de párvulos en barroquismo, muy fácil y asequible para cualquier senderista, pero con el esfuerzo de superar unos +400 m en apenas 3 km.  Llegamos al hito de la Cabeza del Asno por la cuerda de su sierra y nos tomamos una barrita recuperadora. Magnifico mirador de todas las montañas ciezanas, Oro, Atalaya, Almorchon, Picacho, Palera …

Aquí las compañeras que se subieron al hito tuvieron la desagradable sorpresa de aplastar con sus manos (con guantes) algunos ejemplares de procesionaria del pino que de alguna forma habían llegado hasta allí, un susto sin complicaciones.

Retrocedemos y comenzamos a seguir la cuerda, así será todo el día, solo se trata de averiguar por donde se puede pasar más fácilmente, alguna veces será por encima de la rocas, otras bajando a nuestra derecha o a nuestra izquierda, pero siempre se puede pasar y solo algunos destrepes un poco más altos te puede paralizar  si tienes un vértigo avanzado.  Toda la ruta será sin sendero, sin señales y solo en algunos tramos existen trazas de animales o de cazadores.

Toda esta zona amplia (Cieza – Calasparra) está considera como de interés geológico y en esta ruta si entiendes un poco del tema podrás ver diversas formaciones muy curiosas como estratos totalmente verticales formados por la presión del terreno o con una gran inclinación, zonas que parecen murallas o enladrilladas y otras muchas que puedes consultar en el siguiente ENLACE.

Y por aquí también hubo bandoleros os dejo un relato de la página web www.cronicasdesiyasa.com, donde también describen los aspectos naturales de esta sierra.

“Gracias  a su intrincada  orografía de la a Sierra del Puerto y de la Cabeza del Asno, al finalizar la Guerra Civil Española,  fue campo de actuación de dos maquis, (la palabra proviene del vocablo francés maquis, que viene a su vez del corso y del italiano macchia, que equivale a paisaje de arbustos, matorrales, El Régimen Franquista los denominaba, «huidos», calificando como tales a aquellos resistentes armados que abandonaban sus localidades de residencia, ocultándose en campos y sierras sustrayéndose a la acción represiva y a la Justicia). Estas personas, de diversas ideologías políticas, tenían el denominador común de su vinculación con la vencida causa Republicana y el inmediato objetivo de sobrevivir a la derrotaEsta partida guerrillera la formaba: Andrés Lara Duro (a) «Larita» y Cándido Jiménez Herreros (a) «Timoteo», (de profesión jornaleros) naturales de Agramón (Hellín)

Andrés Lara Duro comienza su actividad guerrillera, con 26 años,  finalizada la guerra siendo en 1.940 detenido e internado en un campo de concentración de trabajo en Madrid. Evadiéndose del mismo, contactó y actuó con grupos de guerrilleros de la provincia de Valencia. Tras abandonar estas partidas, se estableció en la zona de Hellín, Cieza y Jumilla en compañía de Cándido Jiménez Herreros.  Sus actuaciones se combinaba,  entre el aprovisionamiento de víveres y armas que facilitaban su supervivencia, y actividades guerrilleras. Andrés Lara era un gran conocedor de la zona, astuto y ágil, lo que le permitió, con el apoyo de amistades de la comarca, eludir la persecución de que era objeto por parte de la Guardia Civil como la que tuvo lugar en el paraje de la Rambla del Agua Amarga (Cieza), donde las fuerzas del régimen no pudieron arrestar a estos guerrilleros, que desaparecieron en la oscuridad de la noche tras un fuerte tiroteo.

La benemérita concibió una estratagema consistente en contactar con él, a través de una persona que por sus antecedentes políticos fuera de su confianza. Debería enviarle la propuesta de la creación en la comarca de Agramón de un comité de resistencia encargado de apoyar y controlar la acción guerrillera de aquella comarca. Tras  el oportuno contacto, aceptaron la propuesta de unirse a la supuesta guerrilla que la organización política le enviaría. Fijando día, hora y lugar de encuentro. Realizado el mismo el día 2 de Febrero de 1.950 en el paraje Pocico del Pelícano en el límite provincial de Albacete y Murcia,  cerca de las Minas de la Celia,  en el término municipal de Jumilla.”

Sabiendo que por aquí hubo bandoleros uno recorre estos ásperos montes con un pelín más de épica imaginando lo que tuvieron que pasar.



Continuamos nuestra ruta y pronto nos topamos  con un impresionante mamut de piedra que no podemos ascender y tenemos que rodear, no era cosa de enfadarlo subiéndonos encima. Y al poco una cabeza de león acecha a un conejo, si tienes valor te puedes poner incluso en su boca como domador de circo.



Y un poco más allá llegamos a un jardín de bolas de la naturaleza. No sé muy bien como describirlo, un agujero que desde dentro puedes ver dos oquedades, que puedes subir a la parte superior y entonces resulta que hay tres. Una cueva – arco – agüero que nos entretuvo un ratico.



Conforme avanzamos van aumentado la cantidad de pequeños pinos de apenas dos o tres metros de altura y cargados de procesionaria, ojo mucho cuidado.

Tras comer en las proximidades del Pico del Puerto Errado, cobijados del viento del norte imperante  finalizamos la sierra de la Cabeza del Asno en el Collado de Antón Marín y aunque hartos de tanto subir y bajar por fin a lo lejos entre nubes que amenazan agua aparece el hito del Chatres.

Nuestra alegría por ver el final de la ruta y para dar envidia a José Manuel que se ausentó (vete tú a saber que ferrata tenía que subir, cueva que descubrir o monte que bajar en su bike) Maria Ángeles montó la escenografía, eligió el tema apropiado a las fechas en las que estamos y cual mago se sacó de la mochila un Palo Selfie, todas a cantar y bailar esto de Carnaval, carnaval, …. Carnaval te quiero.


Y claro paso lo que tenía que pasar, comenzó a llover, yo no abrí la boca, pero algunos se ve que lo dieron todo. La verdad es que la previsión era de esas a las que no haces caso pensando que no saben lo que va a pasar, ya que en el mapa meteorológico pusieron un sol, una nube, unos goticas de agua y viento con varias rayitas.  Y si lo sabían ya que paso todo eso a lo largo del día, comenzamos con un sol radiante que al llegar a la cumbre desapareció para cubrirse de nubes que poco a poco dieron paso a un fuerte viento que nos acompaña casi todo el día y finalmente bajo la intensidad para comenzar a chispear.

Solo fue un pequeño calabobos que nos refrescó y que puso fin a un buen día en la montaña acompañado de buena gente.

Aquí debía de finalizar todo, cada coche tomo rumbo a su destino, nosotros nos fuimos siguiendo las indicaciones de la aborigen que nos acompañaba y eso hizo que acabáramos en un mesón que se suponía debería de estar cerrado desde las cinco, pero que una celebración de un autobús de jubilados lo mantenía abierto con música de hace años (arre buscando en el baúl y similares), gracias a lo cual pudimos celebrar la ruta como se merecía, no con agua divina, aunque esto ha supuesto el odio eterno del resto de participantes al ver las fotos, ya sabéis que no podéis perder de vista al guía para no dejarse lo más interesante de la rutas.

Hasta la próxima y ¡tengan cuidado ahí fuera!






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