El Cerro de San Gines es una de las montañas más conocida y visitada de todo el termino municipal ya que se encuentra atravesada su falda por la autovía que se dirige a La Manga, aunque esto no suponga que se suba a su cima, se visiten sus ermitas o sus cuevas, o simplemente se recorran sus senderos.
Su modesta altura de 228 m. no esta en consonancia con las maravillosas vistas que nos ofrece tanto del Mar Menor, del campo de Cartagena o de las cercanas sierras de Calblanque y Minera.
Este cerro ha formado desde que tengo recuerdos de mi imaginario infantil, y tal vez por eso me resistía a subir a la misma, ya que, como ha pasado, temía romper las mil imágenes que me pasaban por la cabeza de las ermitas, pasadizos secretos y seres que las habitaban. Todo esto surge con las historias que mi padre, nada aficionado a la montaña pero que por motivos profesionales tuvo que visitar, me contaba siendo yo muy niño sobre los túneles que según él unían las ermitas con el Monasterio y los animales que en ellas moraban, el resto ya lo completaba mi activa mente infantil. Y aunque siempre había querido subir para desvelar todos estos secretos en plan Tintín o Indiana Jones, sabia en que ese momento iba a perder todo el encanto de años soñando con estos lugares, por tanto comienzo las rutas del año nuevo madurando un poco más.
Y efectivamente no encontré ningún pasadizo, túnel, ser mitológico, ni el más mínimo resto de los antiguos habitantes, claro que eso no significa que no exista, tal vez los arqueologos algun día le den la razon. Sin duda me sorprendió el tamaño de las ermitas que desde la distancia se ven diminutas y luego aunque modestas estancias de pequeño tamaño, si tienen un amplio espacio en el que desarrollar su función de meditación e incluso la mayor con distintas estancias e incluso con una planta elevada.
Lamentablemente lo que no me sorprendió fue el penoso estado en el que se encuentran, ruinoso y con riesgo inminente de derrumbe las partes que todavía no han caído. Y todo esto siendo un B.I.C. Que fácil es proteger en el Boletín Oficial. Por cierto ¿No serian exigibles responsabilidades a los políticos encargados del patrimonio por la perdida del mismo ante la falta de actuaciones en su conservación?
Y aunque de palabra se diga que se quiere vivir del turismo luego nos encontramos que uno de los mejores y más rico patrimonio religioso, no ya del municipio, sino incluso de la Región, se deja caer a pedazos. Cualquier inversión que se haga en la recuperación del Monasterio, sus ermitas, la Cueva Victoria y la repoblación del Cerro de San Gines se recuperaría en muy tiempo y sobre todo tendríamos un patrimonio conservado y generando ingresos para el futuro, incrementando la oferta turística de la zona. Parece mentira la estrechez de miras de nuestros dirigentes turísticos y religiosos ya que simplemente los actos de tipo vocacional serian suficiente para amortizar la inversión que fuera necesaria y prueba de ello son las multitudinarias visitas que reciben los Monasterios, iglesias, catedrales, etc. sobre todo si se encuentran en espacios naturales, donde al fervor religioso se une el turístico y/o senderistas.
Y en un espacio tan pequeño de apenas una decena de kilómetros se podían ofrecer unos alicientes turísticos tan singulares como son:
- Visita a la zona minera. Mina Agrupa Vicenta en La Unión y otras que se habiliten. ENLACE fotos
- Visita al Monasterio de San Gines con subida a sus ermitas. ENLACE fotos
- Visita al interior de la Cueva Victoria (zona accesible). ENLACE fotos
El Cerro de San Gines, nombre oficial, cuenta con otra denominación tradicional o historica "Monte Miral". La primera tiene un claro origen en la devoción al santo en cuyo honor se construye el Monasterio en la falda del cerro. En cuanto a la segunda, más antigua, su origen se pierde en el tiempo existiendo diversas teorías:
- Antonino González Blanco, catedrático emérito de Historia Antigua de la Universidad de Murcia, propone su origen en Larim, a los dioses lares.
- Julio Más, propone su origen de la palabra “mineral” dada la gran cantidad de restos mineros existentes en el cerro desde la antigüedad y siguiendo al Padre Franciscano Melchor de Huelamo que los describió.
- Alfonso Grandal, archivero del Archivo Municipal de Cartagena, ofrece otra explicación más plausible y más simple pues procedería de mirar, dadas las excelsas vistas que desde el mismo se tienen y que favorecerían la meditación y la oración, objeto principal de estas construcciones.
Las ermitas son incluso anteriores a la construcción del Monasterio y se estiman que su construcción se realizó a partir del siglo XV. En cuanto al numero de ellas se cree que fueron un total de nueve de las que se conservan cuatro aunque en muy mal estado. La de mayor tamaño es la mas cercana al monasterio y denominada de Los Ángeles que según Fray Melchor de Huelamo “bien porque la obraron para este fin los santos monjes que son ángeles en la tierra, bien porque la edificaran los ángeles en la tierra, bien porque el divino Ginés vivió en ella vida angelical.”
Las otras estaban consagradas a Pablo de Tebas, San Hilarión, Antonio Abad, Magdalena penitente , Jerónimo de Estridón, al "Niño Bautista" (San Juan Bautista), San Onofre y San Francisco de Asís.
Su estructura es poligonal y construidas en mampostería entre hilados de ladrillo. En cuanto al interior se encontraban decoradas con pinturas y jeroglíficos de los que apenas quedan unos pequeños restos.
Como curiosidad en la ermita de Los Ángeles existen en el centro de la misma dos oquedades que se le atribuyen al roce de las rodillas de San Gines durante sus prolongados rezos.¿Pero quien fue San Gines?
Parece ser que fue Gines de Arles, sobrino de Carlomagno el celebre Roldan (curiosamente a escasos kilómetros existe una pédanla con dicha denominación), que sobreviviendo a un naufragio en la zona de Cabo de Palos, se instaló en zona en la que pronto adquirió fama por sus milagros, quedando acreditado históricamente, ya en los siglos XIV y XV, un culto popular a San Ginés, con una romería muy concurrida en su festividad, y sobre todo una leyenda y una tradición. Con la construcción del Monasterio por parte de Alfonso X El Sabio se convertiría en espacio de algo más de un siglo en un centro religioso desde donde se irradió el culto a San Ginés con peregrinos procedentes de distintos reinos y creencias, desde el de Aragón al de Granada. La celebridad y popularidad de San Ginés como abogado de las labores del campo y como protector de los viñedos se extendió por todos los reinos peninsulares en los siglos medievales.
Leyenda de San Gines de la Jara
"Hijo de Roldán Magno, rey de Francia, hermano del legendario Roldán, sobrino, pues, de Carlomagno. Al monasterio llegaría Ginés para hacer vida de ermitaño. Y aquí llegaría un día la familia a convencerse de lo que hacía. Vuelta ésta a Francia contaría lo que había visto y oído. Urgiendo la renuncia de Ginés al trono de Francia, vuelven los emisarios con la carta. Ginés contesta que él pretende un trono espiritual y no el de los francos. Muere Ginés. Más tarde pretenderán que sus restos sean transportados a Francia. Inútil porfía. Al llegar allá, la caja debe haber viajado vacía, porque así está al abrirla. Al parecer, los restos han vuelto milagrosamente al rincón cartagenero del Mar Menor. Los restos luego serán enterrados en algún lugar ignorado de allí. Lo que acrecerá el fervor por encontrarlos." (Francisco Henares Díaz, 1988).
Actualmente es copatron de Cartagena y este hecho fue debido al azar. Según la tradición, en el año 1677 se declaró en Cartagena una grave epidemia que atacaba a los niños, y el Ayuntamiento, para aminorar la fuerza del terrible achaque, quiso implorar la clemencia del patrón de la ciudad, pero nadie sabía quien era, ni en el archivo municipal había antecedentes. Los señores capitulares metieron en una cántara muchos papeles con nombres de santos, y un muchacho sacó uno, resultando el de San Ginés de la Jara, al que la ciudad nombró por aclamación su patrón.
Al margen de temas histórico – religiosos esta ruta es muy asequible tanto por los kilómetros, menos de diez, como por el desnivel de unos + 300 m., sorprendiendo en gran medida la gran cantidad y variedad de matorral y flores que puedes ver, sobre todo en las zonas de umbría y húmedas, tales como tomillo, romero, jara, candiles, palmitos, esparto... que hacen que la senda huela a monte de un modo muy especial e intenso. Desdichadamente no cuenta con gran arbolado y solo existe una zona de pino de repoblación junto a la población del Estrecho, al margen de algunos ejemplares de acebuche junto a las ermitas en la cara sur. Como curisiosidad yo creia que el termino San Gines "de la Jara" hacia mencion a la popular Jara Blanca (Cistus albidus) que pudimos ver en la ruta, o la subespecie protegida Jara de Cartagena (Cistus heterophyllus subsp. carthaginensis), las cuales no soy capaz de diferenciar y que debian de ser muy abundantes en la epoca por la zona. Sin embargo según un estudio de Robert Pokington "Toponimia islamica sobre el Campo de Cartagena" parece ser que el termino "Jara" deriva del árabe "al-Sa-ra" que significa "el bosque", y que haria alusión a la riquiza forestal que en la Edad Media tenian estos parajes.
Pero sin duda alguna el motivo que hace imprescindible el subir este pequeño cerro son sus privilegiadas vistas desde un promontorio central y aislado. En una primera vista no podrás apartar tus ojos del contraste verde azul que se produce al entrar en contacto las tierras de cultivo con el Mar Menor. Pero después iras descubriendo las cumbre de Calblanque y Cabo de Palos que en esta ocasión se encontraban inundadas por un mar de boria. Pero no dejes de volverte hacia la Sierra Minera donde podrás observar los Blancos, El Ponce, La Peña del Águila, el Santi Spiritu, entre otras muchas elevaciones mineras y si no te aclaras con los pueblos mineros desde aquí podrás delimitar e identificar El Estrecho en primer termino, el Llano más alejado y el Beal separado más hacia el norte y en la lejanía se nos queda El Algar, La Unión y las localidades playeras.
Y si lo que te gusta es identificar sierras, con buena visibilidad podrás ver las cimas de las alicantinas Bernia, Puig Campana o Aitana y las murcianas de Columbares, Altaona, Relojero o Carrascoy.
Y para los mas sensitivos el monasterio y sus alrededores se ha convertido en un lugar de poder donde van a grabar psicofonias, si te interesa el tema puedes ver el siguiente video o hacer una ruta nocturna por el entorno a ver si captas algo fuera de lo normal. Video Entre dos mundos ENLACE
Si te ha parecido corta la exposición historica aqui te dejo el trabajo de Juan Torres Fontes
DESCRIPCION DE LA RUTA
En esta ocasión la ruta es circular, teniendo su salida desde el cruce de semáforos de El Llano con la Carretera de La Unión. Desde este punto seguimos un camino en dirección norte, que nos acerca a la base de la montaña y subimos campo a través a una zona minera donde existe una pequeña caseta en su cima a unos 172 m.
Bajamos al collado y por la umbría del cerro se divisa un antiguo sendero minero que seguimos pudiendo observar las distintas instalaciones mineras que por allí se encuentran. Continuamos rodeando el cerro para descubrir en su cara norte, justo en el cauce de una bajada de aguas la primera ermita. Aunque el techo no se encuentra en buen estado el resto de la edificación sí, conservando el espacio para lo que debió de ser un altar y las hornacinas para santos alrededor de toda la estancia. Un lugar rodeado de monte que solo permite la visión al norte por donde tiene una ventana.
Continuamos por un sendero que a escasos metros nos lleva a la ermita denominada de Los Ángeles, la de mayor tamaño y proximidad al monasterio. En este punto seguimos la arista que nos permite acceder a visitar otras dos ermitas muchos más pequeñas que las anteriores, pero que le dan la peculiar y caracteristica estampa a esta montaña.
Finalmente en la cima del monte Miral existen unas ruinas de instalaciones mineras y donde posiblemente existiera otra ermita anteriormente. En lugar de punto geodésico o cimero existe en lo más alto un inmenso pozo minero y restos pétreos rojizos que nos sirven para identificar la máxima altura del cerro. Por tanto, estamos en zona minera donde existen innumerables pozos, muchos de ellos sin la mas mínima protección o con paredes protectoras en ruinas, por lo que debes extremar la precaución si visitas la zona y mucho más si lo haces con niños o animales ya que existe un riesgo máximo de caída al mas mínimo descuido. Así mismo el interior de las ermitas es ruinoso y sus techos esta a punto de caer, por lo que deberías de abstenerte de entrar en las mismas o hacerlo extremando las precauciones.
Para bajar cogemos una senda que en dirección sur sale y variando hacia el oeste nos deja en un rápido descenso junto a una pinada de repoblación en la localidad del Estrecho, desde la cual regresamos al punto de partida.
Nos vemos en el monte, y tengan cuidado ahí fuera
Fecha: 3/1/2015
Organizada por:
PRESENTACIÓN DE MIS IMAGENES
DATOS DEL GPS
Hora Fin: 01/03/2015 12:34
Distancia recorrida: 7km (03:34)
Tiempo en movimiento: 01:50
Velocidad media: 2km/h
Vel. en Mov.: 3,8km/h
Velocidad Máxima: 70,3km/h
Velocidad Ascenso: 177,8m/h
Velocidad Descenso: -206,5m/h
Ganancia Altitud: 298m
Pérdida Altitud: -315m
Tiempo Ascenso: 01:40
Tiempo Descenso: 01:31
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