^ CUMBRES DE CARTAGENA: SENDERISMO ^: Picón de Gor (Sierra de Baza)

Eclipsada por su vecina Sierra Nevada, la Sierra de Baza puede ser una gran desconocida para muchos senderistas foráneos, ya que puestos en viaje solemos preferir visitar las altas cumbres granadinas o los inmensos bosques de la sierra jienense de Cazorla, Segura y las Villas. Espero poder darte argumentos suficientes en esta corta crónica para que se despierte tu curiosidad por este espacio natural que sin duda alguna merece tu visita, y de lo que estoy seguro es que la repetirás.

No es fácil encontrar en nuestras sierras del sureste español montañas que superen los dos mil metros, si dejamos al margen, por abusona, la alpina Sierra Nevada. Son como pequeñas gotas dispersas por el mapa, así Alicante no cuenta con ninguna, Murcia, únicamente con Revolcadores, Almería, sin contar su trozo de Sierra Nevada, tiene varias en la Sierra de Filabres (Tetica de Bacares, Calar Alto y Las Hoyas) y otras tantas en la Sierra de Gador (Bandera, Lagunilla, Nuevo Mundo y Parra), en Albacete solo las cumbres de la Sierra de las Cabras (Atalaya, Cacarines, etc.) y en Granada, la colosal Sagra y las cumbres de la Sierra de Baza.

Las principales cimas que superan los dos mil metros de la Sierra de Baza son:

Calar de Santa Bárbara (2269 m)

Calar de Rapa (2242 m)

Cerro del Calar (2228 m)

Boleta (2202 m)

Picón de Gor (2155 m)

La Sierra de Baza es una isla botánica dentro del entorno en el que se encuentra, puesto que la humedad y las características orográficas son muy diferentes del resto de la comarca. Y es aquí donde un mundo vegetal amplio y diverso se ha desarrollado, tanto en arbolado como en matorral, aprovechando la lluvia y humedad que los colosos pétreos atrapan al paso de los frentes atlánticos y que dan origen, tanto al río Gor como a diversos arroyos y barrancos que nacen tanto de los manantiales de aguas subterráneas fruto tanto de las nevadas invernales como de las fuertes lluvias otoñales.

No destaca tanto por la cantidad, ya que por desgracia gran parte de esta sierra se encuentra deforestada fruto de plagas, incendios y de la insaciable explotación humana de tiempos pasados; sino por la variedad de arbolado que puedes encontrar en la misma, destacando sobre todo el pino silvestre (Pinus sylvestris, subsp. nevadensis) que cuenta en la falda norte de La Boleta, a una altura cercana a los 2.000 m de un bosque encantado y protegido, con unos ejemplares de porte imponente y modelados por el agreste clima con nevadas y ventiscas. Si te gustan los árboles monumentales este es un museo de imprescindible visita donde no debes de pasar por alto el rendir pleitesía a “La Señora” un pino que domina por su altura y grosor el centro del bosque de repoblación situado entre los Barrancos de la Fonfria y Resinero, protegido por la cumbres de La Boleta, Cerro del Calar y Picon de Gor.

El Pino de la Señora:

Edad estimada: superior a los 300 años.

Diámetro: 1,54 mts.

Perímetro: 6,10 mts

Proyección de la copa: 173 m2

Altura del fuste: 13 mts

Altura total: 17 metros.

Presenta una cavidad en la parte basal del tronco, en la cara este, de 2 metros de altura por 1,50 de ancho y una profundidad de 60 cm que según cuentan se originó para extraerle teas resinosas, para encender la lumbre, y resina, la que se utilizaba con muy diferentes fines como encerado de pieles, combustible… Es muy apreciable como en la orientación de la parte dañada no presenta ramificaciones a causa de dicho daño fisiológico. Lo que sin duda también ha tenido incidencia en la preocupante inclinación sur que presenta el árbol, ya que al concentrase las ramas y peso de éstas en ese exclusivo lado, al estar ausentes las ramas en el lado dañado, están provocando un mal reparto del peso y una preocupante inclinación en el árbol, lo que se debe de intentar paliar eliminando también algunas de las ramas bajas de esa zona.

Información obtenida y donde puedes ampliarla de sierradebaza.org. ENLACE

Este es uno de los ecosistemas de más alto valor de los pinares autóctonos de alta montaña, o del piso oromediterráneo formado además por el Pinus nigra, subsp. Salzmannii. Los pinares de pino silvestre de la Sierra de Baza, junto con los de Sierra Nevada, son conocidos como "pinares relícticos de pino silvestre". Tal vez nuestra falta de formación botánica nos haga no darnos cuenta de su importancia y cuando vemos esas pequeñas piñas junto al sendero pensemos que se trata de árboles pequeños, error, es el tamaño normal de las piñas de este tipo de pinos.

Si quieres más información sobre este espacio natural puedes visitar la crónica de otra ruta por este paraje en el siguiente ENLACE a otra cronica o visitar la pagina de sierradebaza.org

Documental sobre la Sierra de Baza, para los que no tengan más ganas de leer, o tengan la vista cansada:

Respecto a lo que podrás ver si hacer esta ruta, comenzamos con un gran divertimento como es el tener que atravesar innumerables veces el cauce del barranco, que en esta época del año y tras las recientes lluvias llevaba un caudal suficiente como para remojarse de cuerpo entero si te caías. Fruto de éstas, las zonas habituales de paso que el sendero cruzaba, estaban más anchas de lo habitual e incluso algunas piedras de paso habían desaparecido por lo que tuvimos que agudizar el ingenio para pasar con la menor humedad posible en nuestros pies. Algún chapoteo hubo y caídas fuera del agua también, pero nada importante, todo pura diversión senderista. Siempre puedes optar por posturas más drásticas y quitarte botas y calcetines y atravesar las aguas, pero si no eres divino sufrirás los rigores del agua helada, y dada la cantidad de veces que tienes que atravesarlo es muy cansado y laborioso.

En esta zona destaca la vegetación de ribera con árboles caducos que a estas alturas del otoño y después de haber sufrido una reciente DANA no les quedaban ni una hoja, pero a nuestros pies teníamos una alfombra rojiza de los álamos, robles y arces. Remontando los arroyos llegamos a los profundos bosques de pinos, como hemos visto destaca el silvestre, y en la zona de las cumbres las encinas y los laricios toman posesión, eso si cada vez con menos intensidad, hasta llegar a las peladas cumbres por encima de los dos mil metros.

Los paisajes con nieve son otra cosa, por lo que es la época invernal la mejor opción para disfrutar esta sierra, con sus cumbres nevadas y sin las grandes dificultades que la alta montaña te exige, no obstante si vienes en época invernal no está de más venir con el equipo en la mochila (polainas, piolet, crampones ...), ya que las placas de hielo pueden aparecer y la caída se hace inevitable si nos vas preparado.

Otro atractivo, aunque menor, son las diversas minas que existen en este entorno natural, hoy día fuera de uso y con las debidas precauciones puedes recorrer sus alrededores en busca de minerales. En este ENLACE puedes ampliar la información

Descripción de la Ruta

Tramo 1. Venta Vicario – Juntas del Baúl y Fonfría. 4,2 Km. +140 m.

Bonito paseo con escaso desnivel por pista y sendero junto al cauce de la Rambla del Baúl, en esta ocasión con abundante agua que hacia que los innumerables cruces fueran todo un reto para no mojarse los pies. Si no quieres más complicaciones o para ir con niños, puede ser una buena opción hacerla de ida y vuelta e incluso ampliarla subiendo hasta el área recreativa de la Canaleja.

Tramo 2. Juntas – Árbol Monumental de la Señora. 2.5 km. +320 m.

El acceso a este tramo se hace complicado de encontrar ya que hay que atravesar el río y la vegetación de ribera tiende a taparlo. El track te puede servir para localizarlo. Una vez cruzado el río y siempre por la margen izquierda del Barranco de la Fonfria iras ascendido por un sendero junto al cauce. Poco a poco la sierra se ira abriendo a tus ojos conforme ganas en altura y podrás empezar a localizar sus principales cumbres. En la parte final llegaras a un bosque de repoblación donde una infinidad de supuestos senderos se te presentaran ante tus ojos por los que es conveniente seguir el más diáfano o llevar el GPS para encontrar sin dificultad el monumento natural que en forma de árbol llaman “La Señora”.

Buen lugar para reponer fuerzas al resguardo del bosque protector, antes de comenzar la exigente subida al Picon.

Tramo 3. La Señora – Picon de Gor. 2,8 km. +460 m.

Estas en medio de un gran bosque de repoblación, con infinidad de terrazas y supuestos senderos que se formaron para hacerla. En este punto debes tener claro: donde estas, donde vas y por donde, por lo que o tienes un gran sentido de la orientación o mejor no te olvides el GPS. Tramo de monte a través hasta llegar a cruzar el Barranco del Resinero donde, si la nieve te lo permite veras un sendero que viene de los Prados de Fonfria, más arriba la pista forestal, por lo que sin llegar a la misma vamos ganando altura siguiendo las pisadas de los animales hasta llegar al Collado Resinero.

Desde aquí el desnivel se agudiza aun más pero la cercanía de la cumbre hace que saques fuerzas de dentro para poder hollar la cima del Picon de Gor. Cuando el resuello te lo permita levanta la vista y veras las majestuosas vistas que te rodean, con todos los dosmiles de la sierra al alcance. En esta ocasión unas nubes bajas nos taparon la máxima altura de la sierra el Santa Bárbara que solo pudimos intuir bajo un manto blanco virginal.

Tramo 4. Picon de Gor – Venta Vicario. 6,5 km. –911 m

Aunque el grupo volvió al collado Resinero para coger un placido sendero que les llevara al punto inicial, Cristóbal, que hoy era soldado raso como yo, llevaba en la cabeza la misma idea que me plantee al ver la ruta, bajar por la cara noroeste del Picon de Gor. Nos separamos del grupo advirtiéndolo al guía, aunque íbamos comunicados con walkis, para bajar por el Barranco de los Corvos, monte a través, aunque no tenia perdida y la dificultad tampoco era excesiva, en la zona nevada había que ir con más tiento por el desnivel, el posible hielo oculto, y las innumerables piedras que te podían hacer caer.

Frente al Cerro Panizo, nos unimos al sendero que traía el grupo y que se encontraba totalmente desperdigado, cada uno a su ritmo, y aunque sufrí un despiste y me fui a visitar una mina rápidamente volvimos al sendero que nos llevo al punto de salida, donde festejamos la ruta con mucho tiempo, algunos incluso cenaron opíparamente.

Y cuando las cosas empiezan mal, suelen acaban peor, solo fue una anécdota, pero que debiera hacernos reflexionar a todos los que salimos en grupos más o menos grandes y sobre todo heterogéneos. Todo comenzó con un retraso al coger el autobús, ya que a una compañera se le habían olvidado las botas; Como nos decía un antiguo jefe cuando íbamos a su despacho sin bolígrafo: “¡vienes a la guerra sin escopeta!”, y es que para un senderista sus botas son su mejor defensa en un ambiente hostil como es la montaña. Media hora de retraso que con más o menos paciencia todos tuvimos que soportar, sabiendo que nos esperaba un largo viaje de 3 horas hasta el punto de partida y que esto probablemente retrasaría nuestras horas de sol para realizar la ruta con seguridad, no obstante el responsable de la ruta opto, con más bondad que razón, por esperar a la compañera, sinceramente creo que yo hubiera hecho lo mismo.

La ruta se realizaba sin grandes problemas y aunque algunos nos descolgábamos en los tramos de más dura subida, bien por cansancio o bien por fotografiar y disfrutar el entorno o ambas cosas a la vez, ya que cuando el corazón se acelera ¡le entran a uno unas ganas de fotografiarlo todo!. El grupo llegó compacto hasta el Collado del Resinero, donde algunos optaron por subir a la cima y otros no. El problema surgió en la bajada ya que parece que algunos no respetaron las normas que se indican en la inscripción, a saber:

No apuntarse a una ruta que te supera en cuanto a exigencia física
No controlar, que en todo momento, estas viendo al compañero que marcha detrás de ti, y si no lo ves pues te paras y lo esperas, de esta forma el grupo siempre va unido.

Cuando llegue a la venta me comentan que falta por llegar un grupo de compañeros que se han quedado atrás, tardaron más de hora y media en terminar desde que llegó el grueso del grupo, ya noche cerrada y fría; Gran dificultad hubiera supuesto el tener que localizarlos en estas circunstancias en el caso de que se hubiera despistado en algunos de los muchos cruces de senderos y pistas que había. El club se está planteado tomar medidas organizativas, tales como cualificar a los participantes en las rutas, para que solo puedan participar los que se saben que están preparado para ellas o prepararlos técnicamente para que sepan orientarse en caso de un despiste.

Aunque todo esto está bien, pienso que lo mejor es respetar las dos advertencias que siempre se hacen y que he puesto arriba y así se llega siempre todos juntos, aunque se haga tarde y si un miembro individualmente retrasa la ruta, se le invita a no volver a participar en rutas exigentes hasta que acredite su capacidad física. Lo más lamentable de todo es que este pequeño grupo, que llegó agotado, no tuvo la compensación de tomarse una cerveza, o mejor un cafetito recuperador, ya que hasta la venta había cerrado. Señores cuando una ruta se califica de media montaña, se acerca a los 20 Km. y ronda los +1000 de desnivel, no se puede perder mucho tiempo en contemplaciones, y más en invierno que los días son más cortos. Un poquico de cabeza, por favor. No pasó nada afortunadamente y los daños más graves fueron las agujetas, el frío y algún pie más húmedo que otro por haber probado las gélidas aguas del deshielo.

Esta ha sido mi visión de un gran día en la montaña, tú tendrás la tuya, y afortunadamente tenemos otra, la del compañero Julio que estrena web (http://sendacartagena.es/) y que te ENLAZO aquí ya que es de visita obligatoria