La Rambla de la Linterna se sitúa en la cara norte de La Muela, recorriéndola íntegramente hasta desembocar en la Rambla del Portus. Nace a 280 m de altitud en las proximidades del Collado del Toscal, punto de encuentro de diversos senderos que recorren este espacio natural. y muere a unos 50 msnm tras caer por unos cortados, lugar este también muy concurrido por transitar a escasos metros el GR92.
Aunque la información sobre el recorrido de esta rambla la tenia desde tiempo, había quedado enterrada en los proyectos pendientes y en esta ocasión de puente constitucional inmaculado donde los clubs abordan actividades fuera de nuestro ámbito habitual, fue el momento de sacarlo del cajón. También motivado, por la reciente creación de una nueva sección en el blog, que trata de informar de las características de las ramblas y barrancos que tenemos en el termino municipal. Y que mejor información que recorrerlos in situ, tanto para fotografiarlas como para detallar la posibilidad de transitar por los cauces o por sus margenes, y las sorpresas que te puedas encontrar en los mismos.
Buscando información sobre la misma encontré un blog de senderismo familiar ENLACE, donde una familia lo había recorrido incluso con niños pequeños, también encontré un track, hecho a mano, que lo recorría y que incluso salía por su nacimiento hacia la Muela. Con estos datos me diseñé mi ruta que lógicamente recorría íntegramente el cauce de la rambla, para después subir a la Morra del Toscal y a la vuelta fotografiar la cima de dos pequeñas cumbres que tenia pendientes a pesar de haber pasado por sus senderos en diversas ocasiones: Pico de la Peladilla y Morra Alta. Y en plan investigador, quería determinar que era los que los mapas denominan “El Estanco” si un paraje o una pequeña colina en las proximidades de Galifa.
Confiado en que se trataba de un trayecto fácil, lo habían hecho unos niños pequeños, comienzo a remontar la rambla desde los cortados de su final y lo cierto es que es un trayecto asequible para todo el mundo y la única trepada con cierto riesgo al inicio se puede esquivar fácilmente. Se pasan por unos charcos sobre la piedra blanca que emulan los lagos de la alta montaña, no en tamaño sino en color, en las proximidades del cruce con el camino donde esta la valla. Y a partir de este punto el cauce poco a poco comienza a cerrarse encontrándose un par de pasos donde el cauce se cierra y en el fondo hay un charco pero dado su pequeño tamaño se pueden pasar sin dificultad.
Casi sin darme cuenta me encontraba delante de la cascada o chorro de la Linterna, en esta ocasión seca, ya que hace varios días que llovió. No daba crédito, lo que yo pensaba que estaba al final de la Rambla se localiza a tres cuartos aproximadamente, quedando por lo menos un cuarto más de Rambla. Mi primera intención fue continuar y mirando hacia los lados solo existe un paso posible por la izquierda. Trepo sin dificultad hasta por encima de la cascada y busco la forma de sobrepasarla, pero el terreno esta descubierto, casi sin vegetación y los margenes se rompen con facilidad. La bajada es posible, pero el riesgo de caída en el destrepe es moderado, lo intento pero no lo veo claro, por lo que la sensatez me obliga a abortar la misión al ir en solitario. Pero el cuerpo me pide continuar, sobre todo al ver lo que había que bajar para volver de nuevo al cauce, miro el mapa y veo que unos centenares de metros mas adelante las curvas de nivel se juntan aun más lo que me indica que el paso hasta el nacimiento parece imposible, por lo que no me queda más remedio que retornar por donde había venido aunque fuera cuerpo a tierra.
Ahora la misión consistía en salir del cauce, una vista alrededor y solo se ven escarpadas pendientes por lo que toca retroceder, miro el mapa y veo una curvas de nivel un poco más amplia y por allí subo a la senda que bordea la Rambla en la que oigo a algunos corredores pasar por la misma.
Decepcionado continuo bordeando la misma, incluso me salgo de la senda para continuar teniéndola a la vista en todo momento pero los cortados me obligan enseguida a retornar, a lo lejos veo una pendiente muy relajada y que oblicuamente baja de nuevo al cauce, puede ser una buena opción para recorrer otro tramo del final de la Rambla, pero será en otra ocasión ya que hay otros objetivos que cumplir en el día de hoy. Al aproximarme a este lugar parece intuirse una senda que baja, la grabo en la memoria y en el mapa y al montón de los proyectos. Volveré, con un equipo más amplio de material y humano para continuar por el cauce, o por la senda.
Por cierto cuando estaba desolado frente a la cascada seca me acorde del buen día que pasamos con el CEX remontando la Rambla Salada de Albatera y aunque no se pueden comparar ya que existe una notable diferencia de tamaño, que bueno seria que se instalasen unos peldaños y así poder sortearla fácilmente.
La senda finalmente pasa por encima del nacimiento de la Rambla y también parece haber senderos que bajen por allí, habrá que explorarlos. Y por fin llegó el invierno. Acalorado, por la subida, por el sofocon de no poder haber cumplido el proyecto, o por el solecito que hacia, todo fue llegar al Collado del Toscal y sentir sobre mi cuerpo un viento frio y helador que hizo que me pusiera toda la ropa que llevaba, hoy día 6 de diciembre parece haber entrado el invierno con una temperatura a esta altura que en pocos grados superaría los 0º.
El helador viento del norte me acompañó hasta llegar la cima de la Morra del Toscal. Son muchas las veces que habré pasado por su ladera, hasta el punto que la tenia tachada de mi lista de cumbres de las Montañas de Cartagena que tenia pendiente de fotografiar, pero lo cierto es que a la cima no había subido nunca. Es una morra y eso indica que es fácil su subida y te aconsejo que lo hagas ya que desde la misma vas a tener una espléndida vista de Cala Aguilar y del Barranco de la Muela que salvando un gran desnivel acaba llegando al mar, sin olvidar su nacimiento en el paraje de Las Hoyas bajo Las Estancias o como no del siempre presente Cabo Tiñoso.
Desde lo alto diviso que no estoy solo en el universo y un grupillo sale de la Rambla del Cabezo Negro y una pareja comienza la ascensión a la Muela, la locura por la montaña que no cesa.
Visto el estrés sufrido en la ida, el camino de vuelta, con tiempo suficiente, me lo tomo mas relajado fotografiando cada florecilla que voy viendo con el fin de inventariarla y subirla al “Jardín Botánico”, destacar la presencia de algunas setas y candiles y la inmisericorde aliaga afilando sus dardos y mostrando su cara mas amable con sus pétalos amarillos.
Hago la fácil aunque empinada Peladilla y la Morra Alta un poco más abajo. De tal relajado que voy se me olvida mirar el track y sigo la senda sin darme cuenta de que me olvido buscar el Estanco, con las ganas que tenia de “fumar”. Vuelvo por entre las edificaciones y pregunto a los ancianos que veo por la zona, pero para ellos el Estanco es solo el Bar de Galifa. Contrariado me desquito subiendo una pequeña colina, estoy justo encima de las letras donde el mapa indica que se sitúa, no se lo que es, pero estar he estado.
Aunque en esta ocasión no he visto ningún circulo de piedras, creo conveniente aclarar las informaciones erróneamente vertidas en otras crónicas. Todo viene de mi absoluto desconocimiento del mundo cinegético y de estar influenciado por las lecturas sobre los Atalayones, que podemos encontrar por la costa, castillos, montes o simples luminarias. Lo cierto es que el número de los que encontraba sobre todo en la zona de Perin, me hacia sospechar que estos círculos de piedras semiderruidos con matorrales a su alrededor o en su interior tenían que tener otra utilidad. Efectivamente se trata de puestos de caza de perdiz, que supongo han dejado en el abandono ante la escasez de la especie. Su configuración podía llegar a tener más de un metro de altura, introduciéndole el cazador dentro y sacando su escopeta por un agujero, finalmente se tapaba con ramas y a esperar que con el reclamo llegara la presa. Actualmente he visto que se han modernizado y cubren con una especie de malla verde sujeta con hierros dentro del propio circulo de piedra, adoptando una forma cuadrada, sobre todo en el Pericón. De su interior nos salió un conejo a toda velocidad dándole un susto de muerte a mi hijo hace unos días.
Nada he podido averiguar sobre este topónimo "Linterna", tan peculiar, pero supongo que hará referencia a su acepción de “faro” o “torre pequeña más alta que ancha y con ventanas”, donde en la antigüedad debio exitir alguna de este tipo. Recordar que existen restos romanos en el entorno de la Rambla como son las Balas Romanas de Galifa situadas en el Pie de Muela y el Pozo de las Balsetas, junto al yacimiento Villa de la Cuesta de Galifa, por lo que no es de extrañar que pudiera existir alguna edificación con estas características que le diera nombre.
DESCRIPCION DE LA RUTA
Para iniciar la ruta podemos aparcar el coche en las proximidades del camino de la Escarihuelas. Por caminos para evitar la carretera o por la misma llegamos al salto de agua que se produce al desembocar en la Rambla del Portus. Comenzamos a remontar la misma por el cauce, saltamos la carretera y pasamos por debajo de un puente de la carretera que va a un diseminado, aquí la misma pasa por encima de la rambla por lo que no la seguimos y continuamos por el cauce, aunque este se encuentra lleno de matorrales se puede pasar sin gran dificultad.
Sorteamos el primer gran obstáculo, un salto de agua de unos tres metros, bien trepando por la tierra, si todavía es posible o rodeándolo por la izquierda. De vuelta al cauce la ruta se convierte en un placido transitar por un lugar fresco, verde y lleno de plantas en flor, a pesar de ser otoño, estamos atravesando la zona poblada por lo que me esperaba gran cantidad de basura, afortunadamente el cauce esta bastante limpio.
Paso por debajo del que fue mi puesto de control de una Cartagena Trail de hace algunos años y que me sirvió para conocer in situ un pequeño tramo de la rambla, poniendo y quitando señales para los esforzados corredores. Llegamos a una pequeña subida en roca que cuenta con unos agujeros que con las lluvias se llenan de agua y parecen pequeños lagos pirenaicos. Pasamos por debajo del camino y sorteamos los pequeños estrechamientos que hay con agua en el fondo con facilidad, tal vez en épocas con lluvias mas recientes o fuertes el estado para transitar por aquí sea un poco más complicado, pero como máximo lo único que puede pasar es que te mojes hasta la rodilla si metes la patita hasta el fondo.
Una vez llegados a la catarata seca de miniatura, de unos tres metros de altura, si no traes equipo para asegurarte o tienes una gran destreza por roca y espacios aéreos te toca volver unos metros para buscar la salida por la margen izquierda en busca del sendero que va paralelo a la rambla. Seguimos el mismo en dirección oeste todo el rato y te llevará al Collado del Toscal, subida a la Morra y vuelta por el mismo camino.
Una vez que desaparece la senda y se convierte en camino veras frente a ti una pequeña elevación delante de una empinada cuesta, estas en el Pico de la Peladilla, que tanto hace sufrir a los corredores y que te calentara por unos segundos los gemelos si la subes muy deprisa. Un dulce tipico de estas fechas.
Regresamos al camino tras hacer la cima y un nuevo sendero, todo la zona esta plagado de los mismos, te deja en la cima de la Morra Alta, regresamos por su cara este al sendero y si lo sigues te sacará a la civilización junto a unas viviendas y al lugar de inicio. Esta ultima parte no coincide con el track por mi despistada labor de búsqueda de El Estanco.
Nos vemos en el monte y ¡tengan cuidado ahí fuera!
Fecha: 06/12/2014
Guiada por: Oruxmap
PRESENTACION DE MIS IMAGENES
DATOS DEL GPS
Hora Inicio: 12/06/2014 08:38Hora Fin: 12/06/2014 13:55
Distancia recorrida: 11,7km (05:17)
Tiempo en movimiento: 02:50
Velocidad media: 2,2km/h
Vel. en Mov.: 4,1km/h
Velocidad Máxima: 6,6km/h
Altura Mínima: -84m
Altura Máxima: 430m
Velocidad Ascenso: 228,6m/h
Velocidad Descenso: -317,9m/h
Ganancia Altitud: 697m
Pérdida Altitud: -606m
Tiempo Ascenso: 03:03
Tiempo Descenso: 01:54
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