Els Arcs - Castellet
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Día 2.
Nos despertamos con nuestros
aparatos electrónicos, después de dormir en el más absoluto silencio de la
montaña (tuve suerte con mi compañero de habitación que hizo los ruidos
justos), y al abrir las cortinas nos deslumbramos con unas vistas
impresionantes de la sierra, todavía con las nieblas de primera hora.
El desayuno sin buffet, un fallo
del organizador, fue tan abundante y rico que teníamos unas ganas locas de
subir montañas, después se nos quitaron en la cuesta del Castellet, ¿verdad?
Recogemos, maletas al bus y pies para que os quiero.
En un principio y así lo decía la
información previa de la ruta, íbamos a ir en bus unos tres kilómetros para
hacer más corta la ruta a los que tienen pocas ganas de subir y sin embargo que
pudiera ver Los Arcos, pero dado que teníamos todo el día por delante y no había
mucho más que hacer preferí salir desde el pueblo. A mí personalmente me gustó
mucho el tramo que hicimos por caminos, senderos y barrancos hasta llegar a la
Foia Roja, sin gran desnivel y mucha variedad de vegetación, con agua ya
hubiera sido inmejorable. En este cruce de caminos un matrimonio nos pregunta, afortunadamente
para ellos, por la dirección ya que iban
totalmente equivocados y es que hay letreros por todo el camino menos en este
punto.
Rodeamos por pistas toda la Penya
d’Escoda, y un muy transitado sendero, nos avoca de frente al gigantesco arco
doble de Els Arcs, que cuenta con un panel informativo donde te cuenta el
proceso geológico que ha tenido que ocurrir para su formación, ver foto.
Fotos y más fotos, que merecen la pena por ser un prodigio natural, hasta que finalizamos y el grupo se divide de nuevo volviendo parte del mismo hacia el pueblo por donde ha venido en busca de conocer un poco mejor su gastronomía, de hecho hay varios restaurantes donde elegir, pero dado su pequeño tamaño es imprescindible que reserves antes. Como la cena gusto la mayor parte optó por volver al hotel a por un arroz al horno, no tengo referencias, pero seguro que malo no estaba.
El resto ascendimos por un empinado sendero, que por un momento me traslado a los empinados senderos pirenaicos, lo único que este tras unos cientos de metros se acabó, no como los otros que son kilométricos. Cerca de la cumbre del Pla d’Espinal, que no es nuestro objetivo y en el collado de la Sardina cogemos pista, habilitada incluso para vehículos, siendo muy curiosos los pasos de peatones que tiene pintados, probablemente para advertir de badenes, aunque para eso hay otros señales. En frente del Penyo Gelat se nos abre el apetito y paramos para almorzar en una pradera soleada. Tras finalizar continuamos pista haciendo algún que otro atajo para evitar curvas innecesarias y evitar la aburrida caminata por pista. Al pasar por la Fonteta de L’ombria me asomo para se encuentra seca, por lo que seguimos sin bajar el grupo.
Desde el Port de Castell y el
Coll del Castellet, la visión de la Penyo de la Neu y del Castellet es
impresionantemente altiva y aparentemente inaccesible. En este punto comienza
una sufrida subida por pista hormigonada donde en algunos puntos costaba hasta
levantar las piernas para caminar, no puedo ni imaginar lo que supone subir por
aquí con bicicletas para los esforzados de la ruta. Alguno/As me juraron odio eterno por esta
subida y creo que hasta corrió peligro mi integridad física en lo alto del
Castellet.
Los más osados comenzamos a subir
al castillo, en un principio no tiene gran dificultad pero su parte final
requiere de alguna trepada que si tienes vértigo te puede suponer algo de parálisis
corporal. Atravesamos la puerta del castillo y a su lado hay un gran aljibe con
agua de lluvia, un poco más arriba quedan restos de murallas y de otros edificaciones
y finalmente en la cumbre una gran estancia nos da idea de las dimensiones que
tuvo que tener en su época de máximo esplendor.
L@s chic@s yeyé (Jose Manuel y Maria Angeles) tenían ganas de karaoke y no sé el motivo (los dos vinieron acompañados de sus parejas) pero nos pusieron todos a celebrar la ascensión bajo el ritmo de esta canción: (ver video si tus pupilas y oídos lo soportan)
El único fruto del amor,
es la Banana, es la Banana,
El único fruto del amor...
es la Banana del "mio cuor
El Castellet en 1254 fue conquistado por Jaime I, en 1290 tomó posesión del lugar Bernat de Sarriá, y posteriormente pasó a manos de la Orden de Calatrava. El decreto de expulsión provocó en este lugar levantamientos y revueltas, hasta que fueron sofocadas en la batalla del Pla de Petracos. La repoblación se realizó con cristianos mallorquines, lo que muy probablemente da orinen a muchos de los sinónimos de estos pueblos.
La fortificación está formada por
dos recintos, uno en la cumbre y otro en la zona rocosa. Son escasos los restos
que han llegado hasta nuestros días, entre ellos algunos lienzos de murallas
semiderruidos, un aljibe y la parte inferior de algunas torres, destacando la
mayor, que corona la peña. Mas
información https://www.xn--castillosdeespaa-lub.es/es/content/castillo-arabe
En este punto nos subdividimos ya que algunos habían (supuestamente) reservado comida y en una hora debían de bajar hasta el pueblo, unos 4 km. y -500 m de desnivel. Creo que lo hicieron en menos de 45’, lo que hace el hambre y el olor a arroz al horno, aunque al final hubo un problema de entendimiento o que algunos se apuntaron a la comida sin reserva y tuvieron que esperar muuuuucho tiempo para saciar sus ansias. El resto bajamos también a buen ritmo pero sin prisa, llegamos a la terraza del hotel y comimos bajo el solecito invernal. Un buen final antes del regreso a casa.
No se lo que comieron, pero los
sentidos algunos los tenían muy alterados y hablaban cosas sin lógica aparente,
como que Josué conducía el autobús, que Ramón tenia pretendientas a mogollón,
entre muchas risas que contagiaron a casi todos hasta la siesta final.
Unos días muy agradables, en
buena compañía, casi sin criticas conocidas más allá de los habituales, y nos
vemos en la próxima montaña pero tengan cuidado ahí fuera.
TRACK EN WIKILOC
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