La presente ruta transcurre por uno de los lugares más solitarios y bellos de la Sierra del Segura, el río Tus, afluente del río Segura nace en la provincia de Jaén, Sierra de Segura, en la junta de los arroyos del Tío Andrés y del Tejo a 1050 m, siendo este un lugar de una gran belleza al estar presidido por la Cascada del Saltador. Su longitud es de 37 Km. hasta su desembocadura en el río Segura a través del Embalse de la Fuensanta a 600 m. Su caudal medio es de 0,15 m3/s
Un lugar que tiempo atrás fue objeto de explotación agrícola a través de pequeñas explotaciones donde la presencia del agua llevó a establecerse a familias para sobrevivir con lo que se conoce como económica de supervivencia, prueba de ello son las diversas ruinas de cortijos que abundan por el entorno: Voladores, Navaltornillo, Fermín, Alamedilla, Buñarico, Nuevo, Cárdenas, etc.
Pero también tuvo una incesante actividad forestal y maderera, siendo este río el cauce por el que se transportaban la madera aguas abajo en un tiempo donde no existía el Embalse de la Fuensanta donde muere actualmente, conocida como Maderadas.
Durante el reinado de Fernando VII, en el siglo XVIII, cambio las zonas marítimas, con la finalidad de impulsar el desarrollo de la marina y fomentar la construcción naval. Aunque el objetivo de esta reforma era crear un cauce para dar salida natural a la madera de la Sierra de Segura y Cazorla hasta Sevilla por el río Guadalquivir en lo que se denominó camino Fluvial, la cuenca del Segura también tuvo su camino en el río Tus con destino al arsenal de Cartagena.
Fue en 1751 cuando se crea la Provincia Marítima de Segura, sin tener salida al mar y sometida al departamento marítimo de Cartagena.
Esto supuso un importante cambio en el modo de vida serrano y gran parte de la población traslado su oficio de agricultor ido ganadero a algunos de los derivados de la nueva industria maderera:
- Aserraores: encargados de cortar árboles, aserrar madera. Dedicados durante gran parte del año a talar, pelar y trocear la madera.
- Hacheros: encargados de labrar las piezas. Miden, señalan el lugar de la corta y supervisan todo el proceso hasta la medición de los tablones.
- Pelaores: son las personas encargadas de quitar la corteza a los troncos trabajo que se llama pelar el pino.
- Ajorraores: los que sacaban los troncos y madera del monte, con sus pértigas y parejas de mulos recién herrados, bajaban los troncos por las escarpadas laderas del monte a los caminos o carriles en donde se podían cargar.
- Pineros: eran los que se encargaban de trasladar madera por ríos. Era el sector de trabajo donde más personas trabajaban, y muchas familias de la sierra vivían de los ingresos de ellos, estos trabajos estaban bastante jerarquizado había:
- Maestro de río: dirige la navegación de los troncos.
- El mayoral de lantera prepara el cauce para que la madera pueda navegar libremente.
- El mayoral de zaga va encauzando las maderas que quedan retrasadas. Las cuadrillas de pineros son los que ejercen el trabajo más duro.
- Gancheros: eran los encargados de hacer que los troncos de madera bajaran por el río, dándoles con un gancho cuando se atrancaban.
- Pinches, aguadores, hateros, que prestan el servicio de intendencia.
- Maderistas: eran los que se quedaban con las subastas de la madera y se encargaban de contratar a los trabajadores.
- Carreteros: eran los encargados de portear madera en carretas,
- Leñadores: eran los que hacían la leña en el monte y la vendían por las casas.
- Resineros: eran los encargado de hacer las catas a los pinos resineros y sacar la resina de las macetas que se les ponían para recoger la resina.
- Pegueros: eran los que elaboraban el alquitrán y pez en las pegueras que eran unos hornos para la extracción del alquitrán vegetal o pez situados en lo más hondo y feraz del bosque donde asegurarse materia prima copiosa: la tea del pino.
- Mereros: eran los encargados de elaborar y vender miera o resina de espino, es un oficio análogo a los pegueros pero en vez de usar la madera resinosa del pino la del espino de miera.
- Arrieros: eran los encargados de portear la madera arrastrando la con bestias.
- Carbonero, Piconero o Chisquero: eran los encargados de fabricar y vender carbón que también lo llaman picon o cisco.
Os dejo un video de la película "Los Gancheros" donde se describe parte de este duro trabajo
Vista la variedad de oficios no nos puede extrañar el gran tamaño que tienen las instalaciones del aserradero hoy en estado ruinoso o adaptadas para la ganadería.
Esta industria esquilmó los montes que afortunadamente se han regenerado, a pesar de que incluso en el siglo XX se volvieron a reproducir por parte de RENFE para el aprovisionamiento de traviesas.
Un lugar tan salvaje y bien conservado fruto de lo abrupto del terreno y la dureza climática, donde podemos ver fauna acuática (peces, anfibios), insectos y buitres sobre nuestras cabezas, existiendo mamíferos más esquivos pero de los que doy fe que existen, como el jabalí, el ciervo o la cabra.
Siempre que camino por este río no puedo dejar de pensar que este espacio debería estar protegido y su tránsito regulado, (que no prohibido) con la finalidad de mantenerlo en el tiempo y evitar su degradación por parte de los humanos. Por tanto te aconsejo que esta ruta solo la hagas en verano, ya que así evitarás molestar la fauna en épocas de reproducción, además de que dada la temperatura del agua es casi imposible hacerla en otra época, salvo que vayas protegido pero no se disfruta lo mismo. En todo caso se lo más respetuoso con la naturaleza evitando ir con grandes grupos, mover rocas, hacer ruidos, molestar a los animales o romper o recolectar vegetación de ribera.
Tal vez dentro de muy poco esté prohibido o por lo menos muy regulado el acceso por el cauce del río ya que a propuesta de Ecologistas en Acción la Confederación Hidrográfica del Segura a incluido 23 Km. del río Tus como Reserva Natural Fluvial, concretamente hasta el Balneario, en el borrador del nuevo Plan Hidrográfico Nacional, junto con otros 134 Km. de ríos y arroyos de la cuenca del Segura, algunos también muy conocidos por los senderistas como el río Zumeta, Arroyo de los Endrinales, Espinea o Chicamo.
Este lugar al que vuelvo periódicamente sin saber por qué, atraído por vete tu a saber que espíritus de la naturaleza, es un lugar donde el verde de los inmensos bosques de pinos rodenos se impone en el paisaje rotundo, no dejando ver con nitidez los cientos de arroyos que corren en busca del su río Tus, y apenas vemos los roquedos que coronas los diferentes calares que atraviesa. Amigos y familia han disfrutado o sufrido, ya que algunos no comparten mi pasión por este espacio, y ahora tocaba compartirlo con mis compañeros de club. Dicen que los hechos más relevantes que se producen en nuestra infancia – juventud se graban en nuestra personalidad conformando la misma, tal vez los años que disfruté en el Campamento de La Acebeas con un grupo scout sea la respuesta a esta atracción irracional por la Sierra de/l Segura y Cazorla.
A veces uno desde fuera de la organización de una ruta senderista no entiende el ritmo acelerado o las prisas que llevan los guías. En este caso me toco sufrirlo a mi y pido mil disculpas a los participantes por no habernos podido recrear como a mi y seguro que a vosotros nos hubiera gustado de las infinitas vistas de la senda volá de Siles, excepcional mirador del río, de los chapuzones que nos dejamos por falta de tiempo o la visita a la cascada del arroyo de las Marinas. Como positivo tiene que seguro que la mayoría se quedaría con tan buen sabor de boca que volverá, como yo haré con toda seguridad. Y el motivo para tantas prisas estuvo provocada por las normas de trafico ya que el conductor del autobús tenia un número máximo de horas de trabajo que le obligaba a estar de regreso antes de la nueve de la noche, cosa que finalmente y con apuros cumplimos. No obstante hubo damnificados, además de mi nervio ciatico, un compañero tenía previsto acompañarnos desde Tus, pero nos adelantamos y no lo pudimos ver, y aunque finalmente pudimos celebrar rápidamente la ruta en Elche de la Sierra no pudimos desayunar adecuadamente para afrontar una exigente ruta.
Aunque puedo estar cegado por mi subjetividad, creo que no es así, al decir que recorrer este tramo es una de las mejores rutas que puedes hacer por la Sierra de Segura como así lo recoge Angel Ñacle Garcia su libro Las mejores excursiones por las Sierras de Alcaraz y Seguras, otras publicaciones y blog.
Siendo especialmente respetuoso y cuidadoso con la naturaleza te la recomiendo para los tórridos veranos donde las actividades senderistas flojean por el calor reinante en nuestra zona.
Hace unos años el Club hizo este mismo descenso del río desde el aserradero hasta Collado Tornero, pero remontando el río por su margen derecha, una delicia de ruta que remonta la población de Collado Tornero para pasando bajo su Puntal llegar a Pradomira, una fuente con las ruinas de un antiguo cortijo bajo el Puntal del Avellano. Continuamos por el camino de los voladores para llegar a la Sierra del Cuquillo y al atravesar el arroyo de la Cañada del Avellano abandonamos la pista para monte a través bajar hasta el aserradero. Todo ello por la cara norte del imponente calar de la Sima.
En esta ocasión vamos a llegar al aserradero, punto del inicio del descenso por el río, por la margen izquierda del Tus. La salida la hacemos desde la población de Vado del Tus a escasos metros del Camping (a día de hoy se encuentra cerrado), lugar adecuado para dejar los vehículos ido autobús. Enlace al inicio de la ruta.
Tal vez viendo el track se te plantee la posibilidad de acortar la ruta atajando la subida que hacemos en dirección Lagunicas – Cortijo de la Lastra. A mi también se me pasó por la cabeza pero vistas las crónicas de otros aventureros lo descarté. La opción de ir por la cañada de Siles es inviable dado que se encuentra muy abandonada y la espesa vegetación la ha ocupado en este tramo, además de contar con una imponente subida desde el Arroyo de las Marinas que supondría un importante esfuerzo físico nada más comenzar la ruta. La otra posibilidad es una vez que llegas por nuestro track al arroyo de las Marinas coger alguno de los senderos que acortan, según la información obtenida se trata de senderos que acaban su continuidad enseguida estando muy cerrados por rosales silvestres entre otra vegetación por lo que igualmente no merece la pena el atajo.
A pesar de haber hecho la previa, llevar GPS y la compañía de compañeros que también habían realizado la ruta, la espesura del bosque y la mala confianza hicieron que perdiera el sendero en este tramo muy cerrado de vegetación, cuando me vine a dar cuenta tenía que haber dado la vuelta y punto, pero eso nos cuesta mucho trabajo, ¿no se muy bien por qué?, por lo que GPS en mano busque unir nuestro punto con el track que estaba justo al lado, pero la naturaleza no estaba de nuestra parte y puso en medio un arroyo seco pero cargado de vegetación espinosa. No quedó más remedio que ir remontando el mismo por donde se podía sorteando terrazas y sobre todo rosales y zarzas. Cada vez que tenía que hacer una de estas subidas empinadas me acordaba del que me preguntó si había trepadas y yo le dije que no, y aunque no eran trepadas tampoco era el sendero placentero por el que teníamos pensado caminar, lo siento compañero. Un poco de aventura que no puede faltar en nuestras salidas, aunque en este caso fue involuntaria.
El sendero nos lleva hasta el Arroyo de las Marinas el cual en un agradable paseo remontamos hasta una pista forestal donde atravesamos el Arroyo de la Lastra y comenzamos la dura ascensión, primero por camino y después por sendero. El calor y sobre todo el ritmo exigente que marco, por la necesidad imperiosa de terminar la ruta en el horario previsto por el autobús, hacen mella en mi mermada capacidad física y tengo que bajar el ritmo quedándome relegado con otro compañero que juntos llegamos a Prado Mesa, bajo el Puntal dela Escaleruela, donde el grupo de aguerridos montañeros nos espera para almorzar en un excelso mirador, al oeste el río hasta su nacimiento bajo Los Calarejos y al este hasta su desembocadura en el Embalse y al sur la imponente mole pétrea del Calar de la Sima coronado por el Mentiras.
Avanzamos hasta el paraje de Malaliño, donde un puntal nos eleva verticalmente más de 500 m. del Estrecho del Diablo, un estrechamiento del río que impide cualquier paso fuera del agua y donde la profundidad en épocas de máximo caudal te puede obligar a nadar para atravesarlo. Tras las fotos de rigor comenzamos la ascensión para volver a la senda señalizada como GR aunque poco señalizado, debe de estar descatalogado, para encontrarnos con un circulo de piedras, una miniatura de "Outlander" en la ficción o Stonehenge en la realidad, ¿harán magia por la zona, o solo es una decorado montañero?
Continuamos bajo el puntal de la Escaleruela (1482 m) en un tramo que le da sentido al nombre de la “senda volá de Siles” ya que la caída hasta el río se aprecia fácilmente junto al sendero por el que caminamos y sobre nuestras cabezas cortados de piedra tienen continuidad hasta la cumbre. En este punto podemos observar fácilmente los inmensos peldaños de piedra que le dan nombre al Puntal, última estribación del Calar del Mundo para junto al río comenzar el Calar de la Sima.
Al llegar a una llanura tienes tres opciones, la más fácil es seguir la Cañada de Siles, más larga pero con menos desnivel, la otra es seguir monte a través la línea de los cortados, primero llaneando, luego en descenso y finalmente tener que hacer una fuerte subida, por lo que la descartamos dado lo apretado del horario que tenemos que cumplir. La tercera opción es hacer un campo a través por llanuras secas en esta época del año para pasar junto a la cumbre de la Peña Marranera, (1494 m) su cumbre se nos queda pendiente para otra ocasión, y rodearla para comenzar el sendero que rodea el Puntal del Caballo (1494 m).
Atentos a las marcas, GPS o mapas para coger el atajo que nos evita un enorme rodeo de toda la montaña, a día de hoy está muy bien señalizado con hitos de piedras, hasta llegar a una zona donde estas desaparecen, en este punto hay que ir a la derecha y coger el cauce de los arroyos que bajan para llegar al aserradero. En este tramo de nuevo me acordé del compañero que me pregunto sobre la dificultad de la ruta, ya que yo estimaba que era sencilla para un senderista experimentado pero resultó que el compañero tiene ciertas limitaciones físicas que no le impidieron superar, no solo este empinado sendero, sino el resbaladizo y tortuoso cauce del río, mi admiración por tu espíritu de superación y espero seguir caminando contigo, si puedo seguir tu ritmo claro está.
Mi sorpresa fue ver varios coches en la zona del aserradero que eran de un gran número de personas que habían venido a bañarse al río o hacer la ruta por el mismo. Me sorprende ya que estamos en una finca privada donde el dueño o capataz no es precisamente muy amable con los senderistas que atravesamos sus dominios y son varios los casos en que han echado de la cascada del Saltador a los extraños, estando la pista de acceso cortada con una barrera y candado para evitar la entrada de vehículos.
Comemos plácida, aunque rápidamente junto al río, afortunadamente de nuevo sin molestos insectos tan abundantes en la zona, para seguidamente comenzar la parte más jovial de la ruta descendiendo el mismo, bien por su cauce o por los innumerables senderos que por sus márgenes lo atajan donde es posible. Aunque íbamos justos de tiempo no pude resistirme a meterme en diversas pozas y los compañeros me seguían igualmente, aunque una vez superado el tiempo marcado para el baño comencé a coger todos los senderos que por la orilla esquivan el tener que caminar por el cauce.
El ultimo tramo del río con el tiempo acechando sobre nuestras cabezas se hizo interminable, más aún cuando el cansancio apretaba en algunos y para colmo los turistas de la zona del Vado del Tus y alrededor se nos mostraban disfrutando del río al que ya no podíamos dar más tiempo. Una pena no poder haber pasado por la cascada del Arroyo de las Marinas, pero sabía que allí nos entretendríamos más de la cuenta, además de que su fácil acceso hace que cualquiera pueda ir en su vehículo otro día.
Finalmente el conductor hizo magia con su máquina del tiempo y nos concedió una parada de 10 minutos en Elche de la Sierra para reponer líquidos y festejar una ruta veloz.
Nos vemos en el monte, y ¡Tengan cuidado ahí fuera!
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DATOS DEL GPS
Distancia: 20 km
Desnivel: +/- 1.000 m
Duración: 7 horas (con paradas)
MIS IMÁGENES
Imágenes de la ruta
Imágenes de la previa
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