CUMBRES DE CARTAGENA: SENDERISMO
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Senda de la Encañizada: Salinas de San Pedro.




Este es uno de esos lugares que posee una gran variedad de atractivos para su visita, si eres un amante de los espacios naturales disfrutaras con su vegetación adaptada al entorno arenoso y salino o a su fauna espectacular por la variedad de aves que por temporadas o anualmente viven en el parque. Si te gustan  los paisajes tienes  marinos, salinos, naturales, tradicionales... y si prefieres la playa encontraras playas de blanca arena, poco frecuentadas relativamente y de un baño en el Mediterráneo. Todo esto sin olvidar la posibilidad de cambiar de color a lo Mickel Jackson, en el caso de que necesites algún tratamiento y te embadurnes de lodo hasta las cejas, resultando muy curioso ver a estos “muertos vivientes” caminar por los paseos con sus cuerpos ennegrecidos por el barro.

Para esta ruta existe un Sendero Local señalizado el PR-MU-65, no obstante como ya he visitado anteriormente, bien andando o en bicicleta estos parajes, en esta ocasión con mi cámara a cuestas, como siempre, decidí intentar “cazar” a todo bicho viviente, para lo cual en vez de seguir el tradicional sendero por la playa me adentre por la zona de la salinas donde también existe un sendero no señalizado pero muy fácil de seguir ya que va uniendo los mojones de costas y solo hay que tener la precaución de ver su viabilidad ya que puede estar anegado en zonas según como este el nivel de las aguas de las salinas.

No es que este tramo de la ruta sea mejor o peor que ir por la playa, eso va en gustos o lo que te pida el cuerpo, pero a mi particularmente me resulto mucho más agradable que ir tropezando con bañistas, ciclistas y corredores por la Llana y playas sucesivas. Si vas por las salinas te sorprenderá el silencio que se produce y que parece increíble que a escasos metros este la población bañándose o el Mar Mediterráneo, sin que sean prácticamente perceptibles e igualmente a lo lejos se ven las localidades costeras pero sin que se oiga nada más que los graznidos de algún ave, los motores de un gran barco o los dichosos aviones tan frecuentes en verano, pero insisto que sorprende la calma que junto a estas salinas se respira, me refiero a la zona de la playa de la Llana, aunque si vas por las dunas de la playa de Torre Derribada la sensaciones es muy similar, no es de extrañar que tantos bichos hayan decidido venir a este espacio a vivir.

A parte de la fauna típica, especialmente de las aves de este Parque Regional, si vas por estos senderos apartados puedes encontrarte con otros “pajaricos” y es que estamos en una zona donde creo que se permite el nudismo, por lo que no tendrás problemas de darte un baño si se te olvida el bañador. También me resultó muy curioso encontrarme con una “romana o cartaginesa”, no se muy bien de que tropa era, que junto con su fotógrafo estaban en plena sesión, lo que  corrobora lo bonitos que son estos paisajes y la luz de la primera hora de la mañana. En un recodo de las salinas me encontré con una gaviota con muy mal aspecto, supongo que estaba enferma, me miró y ni se inmuto, estábamos a escasos metros y no hacia el más mínimo movimiento de huida, solamente me miraba, me dio pena su resignación a la enfermedad o a la muerte por lo que me alejé rápidamente para no molestarla en su intimidad. Y para terminar me tropecé con una pareja en sus antiguas bicicletas BH plegables de cuando yo era crío, con las que difícilmente podían avanzar por estos terrenos arenosos y en parte con barro.

La verdad es que este sendero en las salinas se asemeja a las disparatadas películas italianas del neorrealismo donde salían personajes sin sentido aparente y grotescos. Bueno esto fue lo que vi este día, no esperes que estén cuando tu vayas, o quizás encuentres algo más ¿Quien sabe?




Con el lío de competencias administrativas no se quien es el responsable de este Parque, supongo que la Comunidad Autónoma, a la que sin duda hay que felicitar por el mantenimiento del mismo y sobre todo por el empeño que han puesto en su reforestación. Parece increíble que en entorno tan agreste como son los suelos salinos y zonas de dunas hayan podido mantener e incrementar una zona de pinos y otras especies particularmente adaptadas al ecosistema. Lógicamente se han tomado medidas protectoras como son el vallado de la zona, habilitar senderos para los visitantes, crear espacios protegidos para los animales, así como puntos para su observación, etc. Casualmente estaban repoblando unos operarios de la empresa “La Genérala” cuando pasaba por allí, o por lo menos así lo entendí yo al ver decenas de nuevos plantones con sus características protecciones verdes. Unos tantos y otros tan poco, ya quisiera yo un poco de tanta conservación para Calblanque, La Muela, Peñas Blancas, etc. Será que nos quejamos de vicio, no obstante fíjate y compara los espacios naturales de Cartagena, con los del resto de la Región; y no lo hagas con los del resto de España porque te puede dar un ataque de irá hacia nuestros dirigentes de espacios naturales.

Aunque no existe desnivel en la ruta, ojico si la haces en verano puede resultar algo dura si no madrugas y te coge el solanero veraniego, no obstante saliendo tempranico o al atardecer puede ser un magnifico día de naturaleza con la familia y siempre tienes la oportunidad de hacerla en otra estación ya que siempre hay aves que observar, eso si con el máximo respeto si queremos que no “vuelen” de aquí. Existe un grupo senderista “Nazios P’andar” que anualmente realizan una ruta nocturna por esta zona y otros grupos que también programan por aquí sus rutas veraniegas, por lo que siempre te puedes unir a ellos o hacerte una nocturna en solitario, no veras muchas aves, ni mucho paisaje pero disfrutaras de la luna llena y de un agradable atardecer veraniego, sin embargo te recomiendo el amanecer, aunque te cueste un madrugon.

Hubo un hecho que me sorprendió, y es que los gilipoyas no tienen ni sexo ni patria. En las diversas ocasiones que he visitado la zona, bien para darme un baño, para fotografiar aves o simplemente para pasear por este entorno, nunca había visto a nadie saltarse las rejas que impiden el paso a los diversos diques de conforman las salinas y en cuyo interior y en las zonas más alejadas se establecen los diversos grupos de aves protegidos del ruido y de los humanos. Pues en esta ocasión una “señora” francesa (por la pinta y por la matricula del coche) con ayuda de su hijo, y arriesgándose a clavarse una reja, saltó la misma  con la única finalidad de sacar una foto a los flamencos con su cámara compacta, lógicamente esto provocó que los asustara y huyeran volando de un entorno en el que se creían protegidos y al que tal vez les cueste volver. ¿Haría esto en su país? ¿Sería reprochada públicamente? ¿Habría más vigilancia? ¿Hubiera sido sancionada? Estuve a punto de recriminarle su actitud, pero la distancia a la que me encontraba y la diferencia lingüística pienso que hubiera servido de poco, ya que sabían perfectamente que estaba mal lo que hacían ya que inmediatamente se fueron en su coche. Con hechos como estos se nos quitan complejos europeos, la lastima es que nos igualamos por abajo.





  

Descripción de la ruta.

La ruta la inicio en el centro de la localidad de Lo Pagan, donde se instala en verano la feria y se realizan los conciertos en fiestas, bueno tal vez la mejor pista para los más entrados en años sea “Varadero” y para los demás “Santa Maria”. Por si no te aclaras te dejo unenlace de como llegar.

Cruzamos al amanecer la playa de Villananitos para llegar al Molino de Quintín y si miramos al Sur veremos un impresionante dique de varios kilómetros de longitud que separa las salinas del Mar Menor y que nos llevará junto al final de La Manga. En este dique tenemos a un lado la Playa de la Rota y al otro “Los Barros” lugar de peregrinación para muchos enfermos que ven mejorar sus dolencias con la aplicación de estos lodos en sus cuerpos.


Finalizada la zona pavimentada el dique continua por una pista hasta llegar al Molino de “La Calcetera” donde existe una entrada de agua a las salinas. Todo este tramo es un aluvión de personal haciendo deporte, cada uno a su ritmo y forma, no obstante a partir de aquí el volumen del  mismo decrece hasta prácticamente desaparecer, así que un poco de tranquilidad que la ruta es muy serena a partir de ahora.

A escasos metros giramos con la pista para no adentrarnos en el mar teniendo desde este punto unas magnificas vistas del Mar Menor, sus islas, el final de la Manga y las casas “dentro del mar” del Ventorrillo y de la Torre de la Encañizada. Fuera de la pista tenemos a nuestra izquierda salinas y a nuestra derecha una zona inundable que dependiendo de las mareas será más o menos asequible, en esta ocasión estaba bastante seca por lo que me adentre unos cientos de metros hasta llegar al borde del agua. Viendo que mis pies se hundían entre algas y tierra decido poner rumbo hacia Punta Algas.



Desde esta punta rocosa se pueden ver los diferentes islotes rocosos que forman arrecifes o escull que tienen nombres, según el mapa, como: Cruces, Valientes, Algodón, Caleta..., este es un lugar muy especial donde se puede apreciar la grandeza del Mar Mayor (Mediterráneo) y la tranquilidad de las aguas interiores, todo ello rodeado de aves y con las moles de hormigón de fondo, así como la Isla Grosa y el Farallón.

Es aquí donde abandono el tradicional sendero por las playas de La Llana, de La Barraca Quemada o de Las Salinas para dirigirme en busca de las salinas, aquí pues tenéis que elegir playa o salinas. Siguiendo las rodadas de las bicicleta llego al primer mojón y ya solo es seguir el sendero que avanza entre las aguas interiores de las salinas y las dunas que tapan la visión del mar.

Este trozo es sin duda el más agradable de transitar y finaliza cuando llegamos a las Casas del Cotorrillo, donde han instalado un restaurante y donde existe un chiringuito al que han arruinado la vida con la construcción del puerto y la invasión consiguiente de algas de la playa de las Salinas, con el inevitable descenso de bañistas, sin olvidar el nauseabundo olor que desprende la putrefacción de las algas que la construcción hace que se depositen en la playa.

Siguiendo el carril bici llegamos al centro de información del Parque Regional, que tiene un horario concreto que no apunté pero puedes consultar en Internet si te interesa hacerles una visita o recoger información. Continuo por un sendero entre dunas, teniendo que parar a desalojar arena de los pies en más de una ocasión, pero que prefiero recorrer para ir entrando en los observatorios de aves para echar un vistazo.

Cuando llegas a una curva en la que existe un aparcamiento y una entrada hacia la playa de la Torre Derribada tienes la opción de ampliar la ruta hacia un nuevo observatorio de aves y finalizar en el Mojón para luego regresar por los limites exteriores del parque o seguir por el sendero sobre una pasarela de madera sobre las salinas, opción que yo elijo para poder ver los flamencos que suelen situarse en estas lagunas cercanas a la entrada.

Finalizada la carretera, el sendero y el GR92, siguen por una acera y un carril bici que se hace largo e interminable al tratarse de un entorno urbano. En este tramo un miembro de la limpieza del Ayuntamiento me indico la presencia de mosquitos, pero lo cierto es que yo no vi ni uno, pero por si acaso aplícate repelente.

Ya en la curva vemos de nuevo el Molino de Quintín lugar de inicio y en el que finaliza la ruta. Si vas en verano, madrugas o este puede ser un buen sitio para dejar el coche, ya que cerca de la playa es casi imposible.



Nos vemos en el monte, hasta la próxima.




Presentación de mis imagenes




Datos del GPS




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