Una vez más la naturaleza nos pone de manifiesto lo diminuto que somos los seres humanos a pesar de nuestros aires de superioridad. En esta ocasión había una posibilidad de lluvia pero escasa y corta en el tiempo por lo que seguimos adelante con nuestra ruta merculiana que teníamos intención de realizar, vuelta al pantano de Elche.
Cuando bajamos el puerto de de La Cadena en dirección a la ciudad de Murcia se podía observar un gigantesca nube negra que cubría casi toda la ciudad, no obstante no llovía y el colorido del cielo era singularmente bonito por la cantidad de tonalidades que desprendía. En el coche bromee sobre si nos dirigíamos al ojo del huracán o alguna tontearía similar.
Todo fue pisar la ciudad cuando comenzó a diluviar, la velocidad era de 20 o menos, teniendo que parar por las aglomeraciones ya que prácticamente no se veía nada, no obstante consideraba que esto era una tormenta de verano y que pasada todo volvería a la normalidad. A la altura de Espinando nos llama un compañero diciendo que esta llegando a Elche y la situación es igual de mala por lo que le comunico que abortamos la salida y que regrese cuando pueda.
Buscamos la primera salida de la autovía para dar la vuelta y esta nos lleva al Cabezo de Torres, por si amainara en breve tiempo buscamos una cafetería en el pueblo y efectivamente al cabo de una media hora el tormenton paso. Ya no había tiempo de seguir la ruta por lo que nos damos un paseo por el Cabezo de Torres y su montaña azul.
Tan corto era que una vez subida y bajada, decidimos seguir hasta el próximo Monteagudo, ya no llovía, aunque el suelo estaba mojado. Cojo el mapa y pongo dirección hacia allí, pero de nuevo otra sorpresa la Rambla del Carmen cortaba cualquier acceso cercando con los caminos del cristo, por lo que de nuevo modificamos y dando un paseo por el pueblo regresamos a los vehículos.
Aquí os dejo un ENLACE con la curioso historia del color azul del Cabezo.
Periódico La Razón (19/10/2023)
"Lo que empezó siendo, aparentemente, obra de un extraño artista, ha acabado convirtiéndose en un reclamo turístico para cientos de personas. Cabezo de Torres, una pedanía de la ciudad de Murcia, es el lugar en el que se ubica la denominada Montaña Azul, desde la que además hay unas espectaculares vistas.
Las piedras fueron pintadas de azul por un vecino del pueblo, considerado un representante del arte marginal, y desde entonces la zona se ha revitalizado convirtiéndose en una de las señas de identidad del pueblo.
En el año 2001 Diego López, el artista local en cuestión, que entonces tenía 36 años, sintió la necesidad de transformar el lugar empujado por el Cristo de la Agonía de Cabezo de Torres, que consiguió que dejara las drogas, tal y como explicó él en su momento a los medios de comunicación. Al principio, las opiniones de los vecinos acerca del proyecto de Diego no eran siempre favorables. Sin embargo, con el paso de los años, la montaña azul parece haberse convertido en una seña de identidad de Cabezo de Torres. De hecho, en apenas tres meses consiguió que la montaña se pudiera ver a kilómetros de distancia.
Según explican en la página web Wikiloc, el quiosquero de esta pedanía de más 11.000 habitantes tiene unos prismáticos a mano para dejárselos a los turistas que llegan para ver la montaña pintada. La montaña azul, situada en el Cabezo de la Cruz, se ha convertido en un reclamo para algunas parejas que celebran su matrimonio en la iglesia de Cabezo de Torres."
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