Música de Malvariche
La zona más solitaria y agreste de Sierra Espuña son las montañas que conforman el Valle de Malvariche: Cejo de la Ventanica, Morroncicos, Alto de Piedras Blancas, junto con sus vecinos norteños Perona o Valdelaparra. Este valle aislado de las poblaciones esta presidido por un Cortijo, alrededor de los cuales se roturaron bancales para el cultivo, de los cuales nos queda aún la presencia de almendros, todo ello aprovechando su situación protegida por las montañas que lo rodean y la presencia del agua del recién nacido Río Pliego que a esta altura todavía se llama Barranco del Malvariche.
Prueba de lo apartado es que no vimos a nadie en toda la ruta hasta llegar a las inmediaciones del Pedro López, ya en la cara sur de la Sierra, donde a lo lejos se divisaban excursionistas en su cumbre. Y en cuanto a lo de agreste solo hay que fijarse en la altivez de los Cuchillos del Bosque, los precipicios con más caída de toda la sierra sitos en el Cejo de la Ventanica y como no, en la salvaje figura de las cumbres de los Morroncicos, popularmente llamados Malvariches, donde a su altura y falta de vegetación se une la erosión, formando pedreras, pináculos y barrancos de tan empinada pendiente que parecen imposibles de subir.
Los Morroncicos son dos cumbres gemelas unidas por un collado conformando la parte sur del nacimiento del Valle de Malvariche, sus nombres oficiales son Morrón de Arriba (1424 m) y Morrón de Abajo (1389 m). Su ascensión puede ser fácil y placida si se realiza por la pista que rodea el Cerro de Pinos Blancos, apta para un senderista en forma, o puede ser muy difícil para un senderista si ascendemos por la cara norte, solo apta para montañeros o senderistas con habilidades en trepadas, pedreras y monte a través.
En esta ocasión el guía, Sebastián, nos plantea una ruta desconocida por mí y si no es inédita, ya que pocas cosas quedan así en esta conocida sierra, sin duda es muy poco popular o transitada. La originalidad del recorrido radica en el tramo final de ascensión, ya que lo más conocido es rodear los inaccesibles cortados girando hacia la derecha, mientras que nosotros giramos hacia la izquierda subiendo por una especie de amplia canal, donde soplaba un viento huracanado, para acceder cerca del hito cimero teniendo que hacer una larga trepada, que aun sin dificultad técnica suponía un aumento del riesgo o de la diversión, según los gustos de cada uno. En este caso el viento añadía un factor de inestabilidad más con el que luchar, aunque finalmente fue todo un lujo el lugar por el que hicimos la cima del Morrón de Arriba o Malvariche I.
Como fuimos varios los miembros que repetíamos ruta de la semana anterior en La Sagra, no faltaron los comentarios comparativos sobre el parecido de los Embudos. Efectivamente las dos rutas subían por embudos, en La Sagra, rápidamente se llega a la boca del mismo y luego se va abriendo, mientras que en el Malvariche el tubo en forma de pedrera es más largo y luego la boca más pequeña y con más pendiente. La gran diferencia esta en el desnivel ya que La Sagra son 900 m. los que hay que superar y en el Malvariche 600 m., no obstante los porcentajes de pendiente si que son muy parecidos llegando a superar en ambas el 60% en algún momento. En cuanto trepadas Malvariche gana por numero y dificultad sin embargo el hielo y la nieve de La Sagra es mucho más difícil, por no decir imposible, de encontrar por Sierra Espuña.
Desolado estoy de no haber encontrado un origen toponímico a una palabra tan bonita y sonora como “Malvariche”, muy probablemente se este refiriendo a alguna planta con ese color, que fuera común por el valle y que le diera denominación. El malvavisco común y las plantas de la familia Malvaceae (malvas) están presentes en Sierra Espuña sobre todo en los terrenos cultivados y orillas de caminos preferentemente en altitudes bajas o en zonas limítrofes del parque natural. Es una teoría simple, pero no se me ocurre otra cosa, si sabes su origen cierto no dejes de compartirlo. Por cierto a un grupo musical folk también les pareció un gran nombre y desde hace años recorren el mundo con él. ENLACE a su pagina de Facebook
Un susto nos recorrió el cuerpo finalizando la ruta. Un compañero recibe una llamada de casa al tener noticia de que le ha ocurrido un grave accidente a un senderista en la zona de Casas Nuevas, de la que habíamos salido, tranquilizado de que no éramos ninguno de nosotros, finalmente el hecho ocurrido ha terminado en tragedia ya que el accidentado ha fallecido al caer por un precipicio de más de 15 metros en el Barranco del Ciervo, lugar que aunque desconozco muy probablemente se este refiriendo a la zona donde han instalado la Vía Ferrata. En todo caso no era senderista ni montañero, sino más bien escalador ya que así iba equipado. Descanse en Paz.
DESCRIPCIÓN DE LA RUTA
La ruta se inicia en el Rincón del Calderero de Casas Nuevas (Pliego) donde cogemos el camino del Bosque hasta llegar al cruce que se dirige al mismo, nosotros seguimos unos metros hacia la derecha por la pista del Collado del Portillo. A escasos metros encontramos un sendero poco señalizado pero que ataja la pista, eso si, a costa de un considerable esfuerzo pero que te permitirá disfrutar por un bosque húmedo, repleto de vegetación tanto arbórea como de matorral, un ejemplo claro de que el bosque no está reñido con la vegetación baja, más aún la protege y le sirve para proporcionarle humedad evitando los efectos de las lluvias torrenciales y/o granizadas o nevadas. Este tramo poco señalizado requerirá afinar tu instinto de orientación o llevar GPS.
Llegados al collado abandonamos la umbría del bosque, no sin antes recrearnos con las primeras vistas de la sierras aledañas y de los almendros en flor que por esta zona abundan en las casas de campo del valle. Desde este punto tenemos a nuestra vista dos colosos de Sierra Espuña, el Cejo de la Ventanica, al final del Valle de Malvariche y nuestro objetivo Los Morroncicos en la Cabecera del mismo.
Entramos al Parque Regional de Sierra Espuña a través de la puerta acondicionada al efecto, no olvidéis cerrarla en el caso de que no lo haga sola, que si no se nos escapan los pocos arruis que han dejado después de su masiva caza, por lo que verlos cada vez se hace más complicado.
Por la inacabada pista forestal nos dirigimos hacia los Cortijos de Malvariche, teniendo a nuestra derecha los Cuchillos del Bosque, en la Loma de la Solana del Cerro de Piedras Blancas, un lugar muy montañero. Vemos en el fondo del barranco la retroexcavadora que dejo inacabada la pista forestal y nos damos cuenta que vamos a tener la compañía de Eolo durante el resto del día ya que la dirección del viento era propicia para que entrará por el valle dejándose sentir con toda su fuerza.
Aprovechamos los gruesos muros del corral del cortijo para reponer fuerzas sin la molesta “brisa”, pero al reemprender la marcha se incrementa su intensidad pareciendo que íbamos a volar en lugar de caminar. Poco más adelante me percaté, que tal vez, hubiera preferido subir la montaña volando que a pie. Obviamos los múltiples encantos que tiene este entorno como sus campos de almendros, su roble, árbol monumental de la Región o los vestigios geológicos que hacen que el valle este catalogado como Lugar de Interés Geológico por su gran intereses paleontológico abundando los fósiles, pero que merecen hacer una ruta exclusivamente para recorrer el Valle del Malvariche, uno de los lugares más solitario y encantando de toda la sierra.
Junto a la Casa de los Quintana un barranco hace sus aportes al Malvariche y es aquí donde acaba la parte senderista y comienza la montañera. Remontamos por el cauce el mismo teniendo que hacer la primera trepada para a continuación seguir por una pedrera, primero de piedras grandes para conforme ganamos altura se van transformando en más pequeñas aumentando la dificultad de salvar el desnivel ya que nos hacen retroceder sin la más mínima consideración hacia nuestro esfuerzo.
Los desniveles en el barranco oscilan entre el 20% y el 40% principalmente, llegando en momentos puntuales a superar el 60% en la zona alta. Procurando evitar la pedrera por las zonas rocosas llegamos a la base misma de los cortados cimeros del Morrón de Arriba, solo accesibles para escaladores. En este punto existen dos opciones la más popular y conocida rodeando por la derecha y la que nosotros hicimos por la izquierda. Por una canal inadvertida desde abajo y caminando por terreno algo expuesto pero asequible sino te imponen los desniveles se accede a una ladera más abierta. Aquí el viento intensifica su fuerza al pasar por la canal y dirigirse hacia nuestros cansados cuerpos, algún compañero con poco peso corporal tuvo que buscar la protección del suelo rocoso para no ser arrastrado hacia Prado Mayor, al resto nos zarandeaba como guiñoles, pasando por nuestra cabeza la idea de llenar la mochila de piedras para no salir volando.
La cima la tenemos a escasos metros y desnivel pero queda la trepada del día. Se trata de superar unos 50 metros de desnivel con trepadas por las rocas mayoritariamente donde solo existe un punto más delicado pero que con las indicaciones del guía se salva sin ningún riesgo, no obstante no te aconsejo esta ruta si no tienes destreza montañera o vas acompañado de alguien que conozca los pasos ya que corres el riesgo de quedar sin salida o de tener un percance.
Una vez en la meseta cimera del Morrón de Arriba o Malvariche I, el hito que marca su máxima altura de 1424 m se encuentra a escasos metros, lugar que aprovechamos para hacernos la foto de grupo y bajar al collado para resguardarnos y reponer las maltrechas fuerzas después de la imponente subida.
En este punto tienes diversas opciones para terminar la ruta. Hacer el Morrón de Abajo o Malvariche II y regresar por el Barranco de la Hoz a Prado Mayor y Malvariche haciendo la ruta circular o remontar el barranco para llegar a los Pozos de la Nieve y terminar en el Collado Mangueta donde se pueden dejar coches o finalmente la que hicimos nosotros, volviendo al senderismo. Por la parte de la llamada Sala de Armas, un lugar de imponentes cortados por el que el Cerro Pinos Blancos llega al Valle del Malvariche, cogemos la pista que rodea el citado Cerro hasta llegar a los Pozos de Don Eleuterio, donde tomamos la pista que baja hacia la casa forestal de la Carrasca y de ahí por pista hasta el Collado Pilón, lugar donde nos espera el autobús, para llevarnos a las Alquerías donde acompañados de una fresca rubia de 17 onzas, nos comemos el bocata.
Nos vemos en el monte, y ¡Tengan cuidado ahí fuera!
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