El Parque Regional de Carrascoy y el Valle comprende una amplia formación montañosa que desde su máxima altura Carrascoy (1064 m) se va alargando y descendiendo en altura hacia el este, sirviendo de separación natural entre el Campo de Cartagena, el Valle del Guadalentin y el del Segura, una vez que se unen en la huerta de Murcia, cerca de Beniajan.
Aunque geográficamente forman una unidad montañosa, su amplitud ha hecho que se puedan diferenciar en sectores más pequeños:
- La Sierra de Carrascoy, donde se encuentran las máximas alturas y por tanto más desarrollada en el eje norte-sur.
- La Sierra del Puerto, de mucha menor altura y más estrecha tiene sus limites entre el Cabezo Alto y el Cabezo del Puerto, espacio cuya importancia etnologica le da nombre con el famoso paso aduanero de la cadena.
- El Valle, amplio espacio presidido por el monte Relojero y los valles que se originan del mismo.
- Sierra de la Cresta del Gallo, mítico monte de la ciudad de Murcia, cuya sierra cierra la parte central del Parque.
- Otras sierras terminan de configurar geográficamente la cola de este cometa montañoso al que se asemeja el Parque Regional de Carrascoy y el Valle, aunque no formen estrictamente parte de él como la Sierra de Cañisola, Columbares, Villares o Altaona.
El objeto de esta ruta es atravesar en una jornada la Sierra de Carrascoy a través de su eje longitudinal oeste-este y dada la continuidad física que tiene se incluye también la Sierra del Puerto. Si las fuerzas te acompañan incluso la podrías ampliar recorriendo las cumbres del Valle y la Sierra de la Cresta del Gallo, hacia el norte o el Cerrillar, Columbares y Altaona hacia el Sur.
El origen de hacer esta travesía parte de las muchas veces que atravesando el campo de Cartagena por carretera y desde los vehículos, observa el perfil de este espacio natural que sirve de frontera natural por el norte. Buscando información solo encontré un proyecto de Murciapie en wikiloc y ahí lo deje reposar hasta que hace unos meses Luis me manifiesta su interés por realizarlo, motivo más que suficiente para limpiarle el polvo al track y sacarlo del explorador de archivos.
Dado que la sierra en su parte oeste se encuentra gravemente degradada por la presencia de una inmensa cantera que llega hasta la parte más alta de la misma, tenemos que tomar una alternativa para el inicio de la ruta. La más cercana es un camino que sale desde la misma autovía hasta el Collado Hondo, pero nos advierte Luis y Antonio, que se han dado un garbeo por la zona que es una finca privada, con cadenas, letreros de prohibido el paso a senderistas y vehículos estando parcialmente vallada, por lo que buscamos otra zona menos adversa. Este camino en el collado Hondo continua hacia la vertiente norte bajando por el paraje del Charco hasta llegar por el Camino de Inchola a Los Ventorrillos, estando abierto por lo que ya tenemos punto de salida.
Toda la ruta se realiza por caminos (60 %) y senderos (40%), por lo que no existe ninguna dificultad técnica para realizarla y siendo idónea para esa muchedumbre de “caminantes” con bastones que están apareciendo por nuestros montes. Y si el kilometraje te resulta excesivo siempre puedes acortarla bajando hacia el sur a La Murta o hacia el norte al Majal Blanco. ¿Pero, qué es una majal? En nuestro diccionario no existe una definición oficial por lo que estamos ante una vulgarización de alguna termino, en principio me decanté por ser derivación de majada, lugar donde se recoge el ganado y el pastor y aunque que creo que es la correcta por la existencia de majadas en el entorno, existe otra mucho más sugerente como derivación de “marjal” una unidad de medida con la que se indicaba la superficie de terrenos de regadío ya en la época de la dinastía nazarí que reinó en Granada (1238-1492). Equivaldría a 528,42 m2 superficie del Patio de los Leones de La Alhambra.
Con esta ruta vas a poder hacer la mayoría de las cumbres de esta Sierra y desde luego las de máxima altura:
Carrascoy (1064 m)
Cabezo del Barranco Blanco (971 m)
A pesar de la aparente fealdad de las cumbres de esta sierra aseteada sin escrúpulos por las empresas de telecomunicaciones, que incluso han instalado en el Centro Emisor nuestra pequeña Torre Eiffel regional, y la barbarie de las canteras que han carcomido gran parte de su ladera oeste sin que se deslumbre la más mínima rehabilitación del paisaje, Carrascoy en una joya natural que debería de cuidarse y protegerse. Sus extensos pinares se encuentran mezclados con otras especies como la encina y la carrasca que le da nombre a la sierra o los madroños entre otros de menos presencia, un bosque muy disperso con amplias zonas donde se desarrolla el matorral típico de la zona con grandes áreas de coscoja, jaras, espinos, romeros, siemprevivas, etc, que en esta época final del invierno y principio de la primavera gozan de los intensos colores de la incipiente floración. La inmensa finca de la naveta con sus plantaciones de cereales y barbechos supone una integración tradicional del hombre en el naturaleza, cuyas relaciones deberían de ser más fluidas evitando los usuarios del monte molestar en propiedad privada y estos facilitando el acceso por los limites de su propiedad, ya que esta se encuentra atravesada por veredas y caminos de uso publico.
Solo entristece el animo ver como la plaga que seca el arbolado en la mayor parte de la región, también ha llegado a esta sierra y en las partes más bajas, en el Majal Blanco y la Sierra del Puerto y sobre todo en la zona de solana cientos de árboles se encuentra secos sin que nadie los tale para evitar la propagación al resto del entorno.
Este largo paseo senderista por un entorno natural muy agradable tiene su máximo atractivo en las inmejorables vistas del entorno que su posición central le otorga. Toda la cadena montañosa del litoral estará a tu vista, desde las primeras montañas de Cartagena junto a Cabo de Palos hasta las ultimas de Mazarron, permitiéndonos ver la configuración geográfica de la amplia planicie agrícola del Campo de Cartagena, tapizada hoy en día de recuadros verdes fruto del agua del trasvase, tan criticado por algunos pero que tanta riqueza genera en el mundo rural.
El mar cobra protagonismo al fondo del horizonte sur dejándose ver iluminado por los rayos de sol que esquivan las nubes de un plomizo día invernal, donde incluso algún que otro mini copo nos llego a caer sobre nuestros gorros. Pero es al este donde nuestra vista se queda paralizada al descubrir el Mar Menor en toda su integridad, presidido por su Cabezo Gordo y delimitado por una fina capa de tierra en donde gigantes edificios parecen darse un baño en la laguna salada. La Grossa mediterránea y las otras islas menores destacan desde esta altura utilizando todo el zoom de nuestras cámaras para captar estas poco habituales imágenes.
Hacia el noroeste el gigante, altivo y rocoso, vestido de verde forestal, nos reclama su atención ¡ España ! como dirían los navegantes en la antigüedad, hoy Espuña. A su lado el contraste desértico del azul del agua y el verde de los pinos con el amarillo de las margas de los Barrancos de Gebas, desde donde se pueden apreciar en su integridad.
Al fondo del horizonte, tras el parcelado en gran parte del espacio del Valle del Guadalentin, autentico foco poblacional, agrícola y ganadero de la región, aparece la imponente Sierra de Ricote presidida por el antenado Almeces. Al este la inconfundible cresta del gallo murciana y la peculiar figura de la Sierra de Columbares nos ayudan a situar los Mamellones, el Puntarron, y el Relojero.
Una sierra cuyos recursos han sido exprimidos por el hombre en el pasado en forma de minas, agricultura y ganadería y que hoy en día siguen dando utilidad aunque sea de otra forma, telecomunicaciones, caza recreativa, canteras y explotaciones agrícolas, quedando por tanto mucho por hacer por su protección, donde el Espacio Protegido del Majal Blanco puede ser un buen ejemplo a exportar al resto del entorno, combinando protección con concienciación, enseñanza, señalización y respeto por la naturaleza.
Una moderna amenaza ha surgido en este entorno, la especulación urbanística, si la urbanización Torre Guil fue un disparate monumental que se autorizará, la invasión de la Sierra de Carrascoy para la construcción de un enloquecido proyecto de Parque de Ocio sigue rondando como espada de Damocles que puede aumentar la degradación de entorno natural afectando principalmente a las aves y mamíferos.
DESCRIPCIÓN DE LA RUTA
Iniciamos la ruta en el paraje de los Ventorrillos, lugar donde existe un conocido restaurante “Los rescoldos de Carrascoy”. ENLACE al inicio. El camino de Inchola se adentra hacia la sierra para dar vía de comunicación asfaltada a las fincas agrícolas y Casa Rural que hay en la falda de la montaña. Este puede ser un buen lugar para dejar los vehículos y evitarte un buen tramo de asfalto. Un sendero abierto para instalar una torre de alta tensión nos sirve de atajo de la pista que durante muchos kilómetros nos acompañará. Esta pista asciende por la loma que separa los Barrancos de Peñas Blancas e Incholete. Efectivamente aquí también hay unas Peñas Blancas, mas altas pero menos grandiosas y más pequeñas que las nuestras. Comenzamos a ver los farallones blancos desde el paraje de Los Charcos, donde a unas ruinas que debieron ser corrales para el ganado existe un pozo que recogía el agua de lluvia de la ladera. Llegamos a la cumbre del Cabezo del Barranco Blanco sin apenas distinguirla por la existencia de varios promontorios a ambos lados del camino.
Bajamos unos metros para llegar al Collado Hondo lugar donde el camino encuentra su continuidad física para bajar a la vertiente sur de la sierra, pero se encuentra vallado y cortado su acceso con inquietantes señales de prohibido "todo" (senderistas, ciclistas, vehículos ...) y de una reciente cacería. Remontamos por un empinado sendero que nos lleva hasta la carretera que sube hasta las instalaciones de comunicación muy cerca ya de la cumbre de la Sierra de Carrascoy.
Por asfalto hacemos la cumbre de la sierra, un capricho que muchas veces se obvia ya que hay que subir y bajar por el mismo lugar, pero que dado que íbamos a hacer una integral no podíamos dejar de subir al punto más alto. Seguidamente nos salimos al sendero cimero que desde el Cabezo del Reloj nos lleva A los Filos, lugar donde esta el Punto Geodésico de colosales dimensiones.
Saludamos al antenista que en este frío día cuidaba de que nuestras televisiones y teléfonos funcionasen para reagruparnos con los compañeros en el Centro Emisor donde a pesar del frío viento del norte reponemos fuerzas para continuar.
Visitamos el colchonero hito del Morro de la Fuente, que además de ser la máxima altura del municipio de Murcia, es el vértice de tres municipios: Fuente Álamo, Alhama y Murcia.
Ya por sendero, al fin, iniciamos un progresivo y suave descenso hacia la finca de la Naveta, inmenso campo agrícola que ocupa a lo ancho gran parte de este espacio y dado las historias que cuentan de la incomprensión de sus propietarios o cuidadores con los amantes de la naturaleza la esquivamos saliéndonos del camino que se dirige hacia las viviendas, primero por la vereda, mucho más interesante al ir por un tupido bosque, y luego por un sendero pegado a los cantiles que por lo visto han abierto los ciclistas para evitar el paso por la finca y poder seguir disfrutando de su deporte favorito.
Este sendero alternativo nos brinda espléndidas vistas a la zona sur, a la murta y a su rambla que a esta altura nace. Finaliza en el camino publico cortado por la citada finca y que viene de Corvera. Seguimos en dirección norte bordeando la explotación agrícola para llegar a los dominios del Parque Municipal del Majal Blanco donde comienzan las innumerables señalizaciones horizontales y verticales de los diversos PR que recorren el lugar. Nos desviamos nuevamente para subir al Pico del Águila y no hacemos su agreste cuerda ya que no todos los compañeros se encuentran con animo de iniciar una aventura campo a a través después de tantos kilómetros hechos y los que nos quedan.
Es la hora de comer y reponer fuerzas, tras lo cual seguimos hasta llegar a un cruce que nos indica que un sendero sube al Cabezo del Alto, equivocadamente no lo cogemos y seguimos por la pista, más arriba vemos la salida del sendero y el error que fue no cogerlo. Estamos a doscientos metros de la cima del citado cabezo pero no estamos con animo de coronar más montañas y lo dejamos para mejor ocasión.
Estamos en el km. 25 y quedan nueve kilómetros para llegar al final en el Puerto de la Cadena. Este es sin duda el tramo menos interesante e incluso puedo decir que es perfectamente prescindible ya que avanzas por las cimas de pequeñas elevaciones con giros a derecha e izquierda sin que haya nada llamativo o interesante hasta llegar a la mole rocosa del Castillo de la Asomada o la conocida figura del Relojero. Tiempo para la charla con los compañeros de ruta, arreglar el país (si nos dejaran) o proyectar nuevas rutas para días próximos.
Final feliz en el Bar del Puerto de la Cadena con Habas, Guisantes, Jamón y Queso y rubias por doquier para reponer fuerzas del imponente día de ultrasenderismo.
Nos vemos en el monte, y ¡Tengan cuidado ahí fuera!
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