Con motivo de la ruta realizada hoy, y dejando claro que
espero que David consiga el mejor nivel de vida posible, quiero analizar la
situación a la que nos están llevando nuestros insensibles políticos. Por tanto
si lo que te interesa es la ruta propiamente dicha puedes irte al siguiente
apartado y no leer los siguientes párrafos de opinión personal que nada o poco
tiene que ver con el senderismo, la ruta o la naturaleza.
Bueno veo que sigues leyendo, tu
sabrás lo que haces. La situación que estoy observando, es la dejación por
parte de los Estados de sus obligaciones con los ciudadanos, salvo honrosas
excepciones como fue la ley de la dependencia. El Estado nada o poco quiere
saber de situaciones que afectan a sus ciudadanos que por diversos motivos
requieren su protección, a modo de ejemplo, enfermedades “raras”, enfermedades
costosas, pobreza económica o psicológica (la mayoría de los sin techo son
enfermos mentales abandonados por el sistema y que no cuentan con familia que
los acoja), atención a los ancianos, derecho a la vivienda, sociales o de protección oficial...
Lo cierto es que todo esto
comienza a en el Siglo XIX con la revolución industrial en países como Francia,
Alemania e Inglaterra, que ante las situaciones de necesidad que provocó el
liberalismo económico se crearon asociaciones benéficas, vinculadas a
religiones o asociaciones ciudadanas. Los Estados reaccionaron y comenzando por
la Alemania de Bismark, se inició un proceso de protección, primero de los
trabajadores y después de los ciudadanos hasta llegar a finales del Siglo XX al
denominado Estado de Bienestar.
Pues bien todos estos derechos
que los ciudadanos habían conseguido se están perdiendo, ya que los Estados
están dejando de financiar o minorando sus partidas de muchos de esos derechos.
¿Y como afronta el ciudadano esto? Pues lo estamos viendo todos los días en las
noticias: suicidios por desahucios, emigración de nuestros jóvenes y vuelta al
nivel inicial del siglo XIX: Beneficencia; así ahora toca recurrir a Caritas,
Cruz Roja, ONGs (de las de verdad)... y otras entidades benéficas,
asociaciones, etc.. que suplen las obligaciones que tiene el Estado.
Por tanto estamos retrocediendo
en nuestros derechos sociales y laborales y regresando a un régimen asistencial
por parte de la sociedad civil (Beneficencia) en lugar de un régimen de
derechos por igual para todos los ciudadanos y dado por los Estados (Seguridad
Social – Servicios Sociales).
No me vale la excusa de la
crisis. Es cierto que la Administración esta sobredimensionada y que los
impuestos son excesivos, incluidos los que se aplican a los ricos, pero lo que
no se puede hacer es dejar a la gente sin vivienda, a los enfermos sin
urgencias o sin una solución a su enfermedad y a los parados en la calle y sin
subsidios. Si hay que recortar se debe recortar en aminorar asesores (si un
político necesita asesores que consulte a los funcionarios que para eso están),
políticos (voto ponderado con un político por partido es suficiente), obras que
no generen directamente fomento de la económica o del empleo (AVEs
improductivos, aeropuertos y autovías innecesarias, excesivas, vías férreas
obsoletas, obras estéticas más que practicas (auditórium, estatuas, palacios de
deporte....) y sobre todo acabar con la corrupción, incluidos los paraísos
fiscales e implantar un sistema fiscal progresivo como manda la Constitución
(tanto ganas o tienes tanto pagas) y no confiscatorio (limite de la
progresión), así como obligación de nuestras entidades financieras de asumir la
deuda publica a tipos de mercado, no sacándola a subasta y de grabar la
especulación financiera tanto en su operativa (que paguen IVA) como en sus
beneficios (que tributen al 50%). Con todo
esto el Estado tendría superávit, no se tocarían los derechos de los ciudadanos
y se podrían incluso ampliar. Solo se necesitan políticos que estén dispuesto a
intervenir en las normas de los famosos
mercados y a un nivel europeo o mundial, difícil pero no imposible.
Hasta hace poco tiempo me negaba
a dar mi ayuda económica a gente supuestamente necesitada, ya que la mayoría de
las veces eran fraudes y los encauzaba hacia los Servicios Sociales del
Ayuntamiento o de la CCAA, pero dada la situación y hasta que no cambiemos de
políticos o estos cambien su sensibilidad, tendremos que apoyarnos, en la
medida de nuestras posibilidades, y ayudar a David y a otros como él, que han
sido abandonados por nuestro Estado ¿Social? , ¿Democrático? y de ¿Derecho?.
Descripción de la ruta
realizada.
Dado la gran acogida que han
tenido los club organizadores CEX y Trote, con unas doscientas personas
participando del evento solidario, se dejaron los coches en los alrededores de
la AAVV de Perin. De aquí partimos hacia la iglesia para hacernos una fotografía
de grupo y continuar por carretera en dirección hacia la confluencia de las
Ramblas de Jarales y Barbastres. Cogemos el camino que discurre por el cauce de
esta ultima, hasta llegar a los Barbastres, finalizado el mismo bajo el Cabezo
de los Calzones, donde existe una cadena.
En este punto el amplio grupo se
divide en dos: los montañeros que avivan el ritmo para ascender a Peñas Blancas
y los senderistas que iremos por morras y ramblas. Dado mi persistente catarro
invernal decido no forzar mis debilitadas defensas y, acompañado en esta
ocasión de Chiripa, decido unirme a los senderistas. No obstante la ruta es muy
similar con la única diferencia que una vez que se llega al collado de Labajo
los montañeros realizan la ascensión a Peñas Blancas.
La ruta es un autentico tobogán
de subidas y bajadas, todas ellas por camino o sendero y con un grado bajo de
dificultad, tanto en el esfuerzo como en la técnica para bajar, lo que no es
óbice para que hubiera alguna que otra
“culá” en las bajadas. Oscilamos por pequeños desniveles que van desde los 300
m hasta los 470 m. de la zona más alta que se corresponde a la cima del Morro
del Palmeral.
Tras realizar dicha ascensión,
tomamos un almuerzo en un collado y abandonamos el camino para coger un sendero
que nos lleva a la Morra de la Yesera. (464 m). Todo este sendero es un mirador
de las Peñas Blancas y de la Rambla de Cañar, así como de las Ramblas que nacen
en estos montes y cuyos cauces se dirigen hacia Perin. No obstante nos hemos
topado con un triste día invernal con una espesa boria, por lo que nos quedamos
sin poder deleitarnos con las vistas y sin poder disfrutar de los almendros en
flor, ya que los vientos de días anteriores han tirado la flor y solo quedan
pequeñas manchas blancas de almendros. Otro año será.
En el collado de Labajo nos
hacemos la foto de grupo, tras reagruparnos, ya que un grupo de cien personas
tarda bastante en ir bajando por un sendero. En este punto nace la Rambla de
Sagena, por la cual y por agradable camino comenzamos el descenso por la misma
rodeando el Cabezo del Calderón y remontando la Rambla de Jarales, en el punto
en que ambas se juntan, a los pies del Cabezo Alto. A escasos metros llegamos a
una carretera asfaltada que nos lleva al punto inicial.
Guiada por Cristóbal (CEX)
Datos del GPS:
Distancia: 12 Km.
Hora inicio: 10:00
Hora Final: 14:00
Duración: 4:00 h.
Tiempo en movimiento: 3:00
Velocidad media: 3,3 km/h
Velocidad en mov: 4,3 km/h
Ganancia Altitud: 444 m.
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